El padre Sergio Valverde y sus Obras del Espíritu Santo no solo alegran la Navidad y el Año Nuevo de miles de niños y familias en Costa Rica, también alcanza la solidaridad para hacerlo en Guatemala y El Salvador.
Después de realizarle una fiesta navideña a más de 45 mil niños de todo el país entre el 17 y el 22 de diciembre, el padre Sergio se montó en un avión y llegó el 27 a Guatemala para arrancar con la primera fiestota en Totonicapán, en lo que fue la edición ocho de esta celebración navideña que para este año alegró a tres mil niños y sus familias.
“No solo en Costa Rica hay necesidad, por eso desde hace varios años decidimos ampliar la fiesta navideña a otros países de Centroamérica. En Guatemala hay mucho por hacer y estamos en eso. Nos encanta venir a una zona como Totonicapán y ver cómo Dios nos da la mano para compartir.
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“En medio de las dificultades económicas debe servir esta época para renovar esperanzas en los niños y sus familias. Hubo alimentación para todos y un juguetico para cada niño. El juguete es esperanza y alegría. Dios nos ayuda un año más a ayudar”, explica el padre Sergio.
Bastante cierta es la afirmación del padre Sergio de que Dios les ayuda, ya que de un pronto a otro apareció un empresario que les donó 30 mil libras de pollo crudo y eso le permitió a Obras del Espíritu Santo lograr que, además, a cada niño de Totonicapán se le diera una bolsa con 10 libras de pollo crudo para que llevara a la casa.
El jueves 28 de diciembre se vivió la segunda fiesta navideña en tierra chapina, fue en Ciudad de Guatemala, la capital. Ahí se realizó la novena edición y participaron otros tres mil niños quienes terminaron alegres con su respectivo juguetico y con la pancita bien llenita al igual que sus familias.
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La gran mayoría de los seis mil niños que participaron en las dos fiestas guatemaltecas viven en condiciones económicas tan limitadas que solo comen una vez al día.
No hay ninguna diferencia de las fiestas ticas a las que se hicieron en tierras chapinas. Cada niño recibe un desayuno, una bolsa de confites, galletas, snacks, manzanas, jugos, un combo de Taco Bell con burrito, nachos y gaseosa, y un juguete.
El asunto no queda ahí, el próximo sábado 30 de diciembre el padre Sergio vuela a El Salvador para hacer la primera fiesta navideña en ese país con mil niños de San Salvador.
“Así como ponemos en nuestro calendario y nuestras ayudas todo lo que tiene que ver con Costa Rica, también lo hacemos con Guatemala y El Salvador.
“Los tiempos actuales son muy difíciles y miles de niños y sus familias ocupan de toda la ayuda que uno pueda darles. Estas fiestas centroamericanas ya son una tradición y no las dejaremos de hacer”, asegura el padre Sergio.