Hay buenas noticias con respecto a la salud del padre Sergio Valverde, el director y presidente de la Asociación Obras del Espíritu Santo, que tiene covid-19. Este jueves 8 de setiembre le quitaron el oxígeno que tenía desde el pasado martes.
Jennifer Soto, directora administrativa de la Asociación, nos confirmó muy alegre que el sacerdote está respondiendo muy bien a los medicamentos, tanto así que ya no necesita ayuda para respirar.
Es imposible saber dónde fue que se contagió del covid-19 porque solo en la última semana estuvo compartiendo con cientos de ticos, nicaragüenses, venezolanos y hasta haitianos, entre otras nacionalidades, cuando repartió comida en las calles y recibió a personas en los albergues.
Ayudó sin parar hasta que no pudo más
El pasado martes 6 de setiembre fue el día cuando, al hacerle una prueba casera, se comprobó que el padre era positivo para covid-19.
Nos explican que durante la madrugada del martes el padre Sergio, quien vive al frente del edificio principal de Obras del Espíritu Santo en el barrio Cristo Rey en San José, escuchó a varios niños llorando fuerte y de inmediato se levantó para ayudar.
Los venezolanos que no logran espacio en ninguno de los tres albergues que para ellos abrió de emergencia la Asociación o que recién llegan al país, ponen sus tiendas de campaña justo frente a la casa del padrecito.
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Una vez que el padre puso a los bebitos que lloraban junto a sus papás, en un lugar bajo techo, con ropita limpia y les dio comida, regresó a la cama.
Durante la mañana del martes fue todo un ir y volver para poder alimentar a los cientos de migrantes que están por estos días en el país y además seguir con la alimentación de todos los que normalmente visitan Obras del Espíritu Santo.
Por la tarde del martes, después de que en medio aguacero logró trasladar a unos niños venezolanos de la calle al comedor y les dio de comer, ahí sí todo cambió... Justo en ese momento fue cuando por primera vez el padre dijo que se sentía mal y al revisarlo se confirmó que tenía fiebre.
El sacerdote, quien destaca por su positivismo y alegría, se sintió de repente con un cansancio muy fuerte y tuvo que sentarse en una silla de la cual ya no se levantó, hasta que se lo llevaron al hospital con dificultad para respirar. Por eso cuando el padre llegó al hospital, de inmediato los doctores le pusieron oxígeno.
Este jueves 8 de setiembre seguía internado, pero ya respirando por sí mismo y mejorando.