El jaguar, el felino con la mordida más fuerte del mundo, y el cual tenemos el privilegio de que viva en nuestros bosques, no debe apantallarlo si un día se lo encuentra cara a cara porque a pesar de su impresionante porte, le teme al ser humano.
Hoy, en el Día Internacional del Jaguar, el guardaparques Miguel Salazar, quien trabaja en el Parque Nacional Volcán Turrialba, y lleva años estudiándolos, nos da algunos detallazos.
“En Latinoamérica nunca se ha reportado un ataque de un jaguar a un humano, ellos le huyen a la gente, cuando uno se los topa en el bosque salen corriendo, la única manera en la que podrían atacar a alguien es cuando están muy cerca de una persona y sienten que están en riesgo ellos o sus crías”, explicó Salazar.
Ahora que cada vez más ticos practican el senderismo aumenta la posibilidad de encontrarse un jaguar, por eso le pedimos a don Víctor Montalvo, investigador del Icomvis-UNA, algunos bolados para saber cómo reaccionar. Lo peor que uno puede hacer es salir corriendo porque entonces el felino se le podría poner al corte. Pero lo normal es que él se asuste más que uno, pero mejor que no corra.
“Mantenga la calma, no se ponga a jugar de Tarzán pegando gritos para espantarlo, de nada sirve que grite. En un primer instante quédese queditico, como una estatua, a los segundos, sin hacer movimientos bruscos, comience a caminar despacio hacia el lado contrario del jaguar, lento y sin quitarle la vista porque hay que saber muy bien qué está haciendo él”, explicó el experto.
Lo que siempre pasa es que el animal se asusta al ver los humanos y se va espantado; sin embargo, recuerde, calmadito y calladito, más bonito.
Mordida letal
El jaguar es el papá de los tomates en Costa Rica, ya que es el carnívoro más grande que tenemos. Él pertenece a la familia de los panterinos, integrada por los cuatro felinos más grandes del mundo, los otros tres son el león, el leopardo y el tigre.
Aunque por su tamaño es el tercer felino más grande del planeta, su mordida es la más fuerte de todas con relación a sus dimensiones.
Esta característica le permite devorar presas que no pueden ser aprovechadas por otros depredadores. Como por ejemplo le mete el diente a las tortugas marinas, cuyo fuerte caparazón solo puede ser penetrado por los colmillos de un animal como el jaguar.
Estos majestuosos seres pueden morder directamente a través del cráneo de su presa y perforar la piel gruesa de un caimán con facilidad.
Por más de 15 años, el Programa de Conservación de Jaguares y sus Presas del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional (Icomvis-UNA), ha descrito y estudiado la depredación de tortugas marinas y otras presas por parte de jaguares en el Área de Conservación Guanacaste.
“Si bien es cierto que en los últimos años han circulado muchos videos y fotografías de jaguares depredando tortugas marinas, este fenómeno no es algo nuevo y fue descrito por primera vez en 1994 en el país por el investigador Eduardo Carrillo, en el Parque Nacional Corcovado, donde se encontró que los jaguares utilizaban mayormente dos presas; chanchos de monte y tortugas marinas”, informó Víctor Montalvo, investigador del Icomvis-UNA.
Proteja el ganado
Los jaguares acostumbran darse gustitos con tortugas marinas, chanchos de monte, saínos, tepezcuintles, guatusas, monos, aves, peces, tortugas, iguanas y otros animales como venados, dependiendo de su abundancia y disponibilidad, pero si no encuentran buscan comidita fuera de sus zonas y es ahí cuando atacan ganado.
“Es cierto que a veces atacan a animales como vacas, caballos o cabras en las fincas, pero eso se da porque han ido perdiendo los bosques donde viven, entonces salen a buscar alimento. Ellos nunca se quedan en el mismo lugar, llegan, comen y se van, la única forma en la que se queden en una misma zona es porque están enfermos”, explicó Salazar.
Cuando se dan esas situaciones los guardaparques visitan las comunidades y luego de examinar las presas muertas y determinar que fue un jaguar quien cometió el daño, dan bolados a los finqueros para que espanten al felino.
“Cosas tan sencillas como colgar antiguos CD de música en hilos para que reflejen la luz, ponerle campanas en el cuello a las vacas y otros artefactos que suenen va a mantener a los jaguares alejados”, recomendó Salazar.