En Turrúcares de Alajuela vive un hombre con un don especial, uno que pocos se atreverían a desarrollar.
Se trata de Roberto Poirier, el “Encantador de serpientes” tico, quien lleva 34 años en contacto con estos animales, desafiando el miedo y la mala fama que los rodea.
Su vida gira en torno a rescatar y reubicar estos reptiles, protegiendo tanto a las personas como a la fauna silvestre.
Su historia comenzó cuando apenas tenía tres años. En aquel entonces, la familia tenía el restaurante Las Campanas, en Turrúcares, donde había un río al final de la propiedad.
Ahí, sin miedo alguno, Roberto atrapaba culebras y otros animalitos para liberarlos lejos de los clientes. Sin embargo, su fascinación por estos reptiles preocupaba a su familia, al punto de llevarlo a un psicólogo.
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Un don
Lejos de tratarlo como una rareza, el especialista les aseguró que lo de Roberto no era un problema, sino un don.
Desde entonces, Poirier se dedicó a aprender todo sobre las serpientes. Leyó libros, investigó y, sobre todo, perfeccionó su técnica para manipularlas sin poner en riesgo su vida ni la de los demás.
Hoy, a sus 37 años, se ha convertido en un uno de los principales atrapa serpientes del país, en el rescate y manejo de estos bichos que a casi nadie le caen bien. Tiene un diplomado universitario en Ingeniería de Manejo Forestal y Vida Silvestre.
Tiene más de 100 rescates de serpientes en diferentes partes del país; además, tiene el conocimiento para identificar las especies venenosas de las inofensivas. Por supuesto, le pone atención principal a la venenosa terciopelo.
Peligrosa
“He manipulado más de 300 terciopelos. No todas rescatadas. Siempre que veo una terciopelo me voy directamente hacia ella, a pesar de ser una de las más peligrosas de Latinoamérica.
“Hago hasta lo imposible por reubicar a cuanta serpiente u otro tipo de animal me llaman para sacar de cualquier lugar, sea casa, edificio o finca; eso sí, las terciopelos no las reubico, las llevo directo al Instituto Clodomiro Picado”, comenta para, de inmediato, asegurar que también rescata iguanas verdes, garrobos, puercoespines, zarigüeyas, mapaches, zorros, entre otros.
La temporada alta, por así decirlo, de serpientes es a partir de mayo, cuando comienzan las lluvias fuertes. Estas buscan resguardarse de las inundaciones y se meten donde sea, eso incluye las casas, según nos comenta el atrapador de serpientes.
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“La terciopelo provoca en el país la mayoría de mordeduras de serpientes venenosas, por eso hay que conocerla. Tiene la cabeza triangular, escamas pequeñas, es café con rombos que tienen los bordes blancos y también amarillo. Tiene el famoso ojo de gato, que es la pupila elíptica verticalmente y a la par de la nariz tiene otros orificios”, explica.
Tremendo susto
Si bien tiene demasiada experiencia, en mayo de 2018 tuvo un encuentro muy cercano con la muerte.
Mientras le tomaba fotos a una Toboba de Altura, una serpiente venenosa rara de ver en Costa Rica, el reptil le clavó un colmillo en el dedo anular de la mano izquierda.
En lugar de entrar en pánico, Roberto mantuvo la calma, se lavó la herida y llamó a una ambulancia.
En menos de una hora ya estaba en el Hospital de Alajuela, donde le administraron cinco frascos de suero antiofídico. Por suerte, la mordedura fue considerada leve y no sufrió secuelas graves, pero la experiencia le recordó lo letal que puede ser el veneno de estos animales.
Su labor va más allá de los rescates. También se dedica a la reubicación de serpientes y otros animales silvestres, como iguanas, mapaches y zarigüeyas.
“En un rescate inusual, en 2017, tuve que enfrentarme no solo a una serpiente toboba gata de 1,80 metros, sino también a un panal de avispas y dos puercoespines que estaban en el mismo sitio. Subirse a una escalera y manejar la situación sin alterar a ninguno de los animales fue un verdadero desafío”, recordó.
A lo largo de los años, ha notado un cambio positivo en la percepción de la gente sobre las serpientes.
“En los últimos 15 años, las personas han aprendido más sobre ellas. Ya saben distinguirlas, no las matan, las respetan más y las cuidan”, dice Roberto. Sin embargo, la serpiente sigue estando rodeada de mitos y temores, lo que hace que su trabajo sea aún más importante.
Los bomberos nos confirman que en el 2020 atendieron 6.100 incidentes relacionados con serpientes; en el 2021, 6.123; en el 2022, 5.989; en el 2023, 6.581; en el 2024, 6.667 y en lo que llevamos del 2025 ya van 1.257.
Si alguna vez encuentra una serpiente en su casa y no sabe qué hacer, Roberto Poirier es la persona indicada para ayudarle.
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Atiende emergencias en todo el país, revisa propiedades y reubica los animales de forma segura. Puede contactarlo al teléfono 8580-9396 o seguir su trabajo en redes sociales como “Encuentros Peligrosos Costa Rica” y “Roberto Poirier Rescatista de Reptiles y Anfibios”.
Su don es claro: donde otros ven peligro, él ve la oportunidad de salvar vidas y cambiar la forma en que la gente ve a estos incomprendidos habitantes de nuestra naturaleza.