La mezcla de cemento fresco al frente del nicho de su mamá dejaba ver el poquito tiempo que había pasado desde que la fue a despedir para siempre, por culpa de un infarto fulminante.
Aún así, Laura Gómez sacó fuerzas, ni ella sabe de dónde, para visitar a su mamá en el cementerio, por primera vez en un Día de la Madre.
Alistó un par de banquitos de plástico, una merienda y bien tempranito se fue con su hija Joselyn, de diez años. El destino de este martes: el cementerio Municipal de Grecia, donde sepultaron a su mamita, apenas el 24 de mayo pasado, o sea, menos de tres meses.
Ni tres meses pasaron desde aquel episodio lleno de dolor y desesperación, más cuando vivían juntos. “Esto es durísimo. Ella vivía con nosotros, fue mamá y papá a a vez”, relató Laura, hija de doña Jeannette Rojas, quien partió a los 74 años de edad.
“Venir un día como hoy es muy doloroso, pero sabemos que ella está acompañada de ángeles preciosos y de mi hermano”. La carga de dolor es doble para ella, porque su hermano falleció tan solo ocho meses antes de la muerte de su mamita. Ambos están enterrados en la misma bóveda.
Precisamente, Laura y su hija se sentaron ahí, al puro frente, a pocos centímetros de aquella pared con el cemento de tono gris oscuro. Llevaban la placa que les regaló una nieta para ponerla en el nicho, pero un error con una letra no les permitió ponerla.
Pronto volverán, juntas otra vez, para traer la correcta, aunque saben que esa otra visita les dolerá igual.
Dolor de nieta
La hija de Laura parecía que quiere decir algo, se notaba inquieta. Y cuando la incluimos en la conversación, resulta clarísimo el amor que tiene por su abuelita, posiblemente muy parecido al dolor que siente al no tenerla a su lado.
“Esto es muy feo”, fue lo que alcanzó a decir, antes de romper en lágrimas. Tomó un par de segundos, respiró y dijo: “Todos los Días de la Madre le daba un regalo a mi mamá y a mamá Ne (así le llamaba). Este año ya no le pude dar nada. Solo venir aquí al cementerio a visitarla me duele mucho”.
Su mamá la tomó de la mano, con el instinto único maternal de protegerla y cuidarla, así como su mamita lo hizo siempre con ella.
“No saben lo duro que es no tener viva a la mamá. Solo el que lo vive me puede entender”, expresó con su voz casi quebrada.
Hija orgullosa
Laura vive en Grecia centro y también celebró el Día de la Madre. Algunos familiares le enviaron saludos para felicitarla y ella quiso compartirlos con su madrecita.
“Un sobrino que vive en Estados Unidos me mandó un mensajito muy lindo que me alegró muchísimo y bueno, ya se lo leí a mi mamá para contarle las cosas bonitas de este día”, contó.
También le confesó a La Teja que alguien le había dedicado una canción para las madrecitas. “No podía irme sin compartirla y ponérsela varias veces. Me siento muy orgullosa por la madre que Diosito me regaló”.
Su hija Joselyn la escuchaba con cuidado, mientras sostenía el celular con el que pusieron a sonar la piecita tan especial. Era claro que a la niña se le inflaba el pecho de orgullo por su abuelita, mamá Ne.