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El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí

El diablo pidió matrimonio muy al estilo de los barveños de la pura cepa

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El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí.

¿Cómo se imagina usted que dos barveños de la pura cepa se van a comprometer en matrimonio? La respuesta es simple: en medio de las celebraciones al santo patrono del cantón, san Bartolomé apóstol, el puritico 24 de agosto.

El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí. El diablo es Gustavo Moreno Camacho, tiene 45 años y es barveño de la pura cepa. La novia a la que le propusieron matrimonio es Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años, también es barveña desde el ombligo y hasta en su sangre corre el ADN mascarero.
El diablo pidió matrimonio y en la foto está hincado con el anillo en la mano. (Cortesía)

Pues eso fue lo que hizo el diablo. Ya tenía una semana de haber comprado el anillo y de la mano con un cómplice 100% armaron el plan para que el momento de pedir matrimonio fuese único en la historia de las celebraciones patronales de Barva. ¡Y así fue!

Acomódese bien porque le vamos a contar cómo se vivió esta “diablada de amor” en el cantón herediano, el cual tiene una larga historia y tradición con las mascaradas y cimarronas.

El diablo enamorado se llama Gustavo Moreno Camacho y tiene 45 años. La que dijo “sí acepto” llenitica de amor y felicidad, además de haberse pegado un buen susto, se llama Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años y en su sangre corre el ADN mascarero, ahorita les explicamos esto último.

Vamos a comenzar con el diablo. Nos cuenta don Gustavo que ya tenía una semana de tener el anillo de matrimonio, pero no había definido cuándo ni cómo entregárselo a su amada.

El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí. El diablo es Gustavo Moreno Camacho, tiene 45 años y es barveño de la pura cepa. La novia a la que le propusieron matrimonio es Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años, también es barveña desde el ombligo y hasta en su sangre corre el ADN mascarero.
¡Le dijeron que sí! Justo el momento en que el diablo le pone el anillo a su amada. (Cortesía)

Conversando nada menos y nada más con quien todo el mundo en Barva y más allá conocen como Bombillo, Luis Fernando Vargas, toda una autoridad de las mascaradas, nació la idea de vestirse de diablo, eso sí, con una máscara más que histórica porque tiene 42 años, todavía tiene partes de barro, tal y como se hacían antes y los cuernos son de verdad, de un toro.

A don Gustavo le gustó la idea y se apuntó. A partir de ahí un hermano y otros familiares le ayudaron a montar la propuesta matrimonial.

“Como los dos somos barveños sentí que no había nada más bonito que entregarle el anillo el propio 24 de agosto, el día de san Bartolo, en medio de las fiestas patronales. Cuando uno es deBbarva nace entre estas fiestas y es imposible faltar a las celebraciones, por eso me encantó la idea de vestirme de diablo.

“El propio sábado me fui al taller de Bombillo, ya después de todas las actividades de la diana en la mañana y una desayunada entre amigos. Llegué al taller a eso del mediodía porque las otras celebraciones arrancaban a las dos de la tarde”, recordó don Gustavo.

El diablo enamorado reconoce que en un momento pensó hacer la propuesta matrimonial sin máscara, pero al final entendió que para que el asunto fuera bien tradicional, tenía que vestirse por completo.

El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí. El diablo es Gustavo Moreno Camacho, tiene 45 años y es barveño de la pura cepa. La novia a la que le propusieron matrimonio es Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años, también es barveña desde el ombligo y hasta en su sangre corre el ADN mascarero.
Lindo momento cuando don Gustavo ya recibió su sí y doña Elizabeth se ríe de felicidad. (Cortesía)

“Bombillo me ofreció otras máscaras tradicionales, estaba la de la abuelita, el pelón y hasta la calavera. Me decidí por el diablo porque es de las que más alegran, dan más miedo y la gente más reconoce durante los desfiles de payasos, como se les conoce en Barva, en otras zonas les dicen desfiles de mascaradas. La vejiga de chancho me la prestaron cuando ya iba vestido y con anillo en mano. Todo salió perfecto.

“Le voy a decir la verdad, me encantó como salió todo. Muy bonito, muy típico, muy barveño. Lo mejor de todo es que me dijeron que sí, le dijeron que sí al diablo y eso es lo que me hace más feliz”, aseguró el enamorado.

“Fue hermoso. Me asustó mucho, pero fue el susto de amor más hermoso de mi vida. Me pegaron un susto porque cuando vi venir al diablo lo que pensé fue: ¡ay! Ya me va a pegar. Por eso me asusté, pensé en el chilillo que siempre anda el diablo.

El diablo pidió matrimonio en Barva de Heredia y le dijeron que sí

“Jamás me esperé esa sorpresa tan linda en mi vida. En verdad no sabía nada. Por la mañana pasamos un día de barveños normal: fuimos a la diana, después desayunamos con los amigos, descansamos un poquito porque se venían los payasos de la tarde. Fue una pedida de matrimonio inolvidable”, comenta doña Elizabeth.

El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí. El diablo es Gustavo Moreno Camacho, tiene 45 años y es barveño de la pura cepa. La novia a la que le propusieron matrimonio es Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años, también es barveña desde el ombligo y hasta en su sangre corre el ADN mascarero.
No podía faltar el beso para el resto de barveños que estaban disfrutando el pasado 24 de agosto las fiestas patronales de Barva. (Cortesía)

Ella es hija de don Rodrigo Salas Arguedas (ya falleció), quien fue sobrino de don Carlos Salas, el primer mascarero que hubo en Barva, p doña Elizabeth tiene el ADN mascarero en su sangre.

-¿La boda pa’cuando?

“Diciembre. En eso estamos. Todavía faltan varios arreglos, pero es casi un hecho que será a fin de año”, asegura la novia.

El diablo pidió matrimonio entre vejigas de chancho y le dijeron que sí. El diablo es Gustavo Moreno Camacho, tiene 45 años y es barveño de la pura cepa. La novia a la que le propusieron matrimonio es Elizabeth Salas Víquez, tiene 49 años, también es barveña desde el ombligo y hasta en su sangre corre el ADN mascarero.
Muestra del anillo de compromiso al mejor estilo barveño, con una mascara de protagonista. (Cortesía)

-¿Habrá mascarada?

“Por supuesto, no pueden faltar. Ese día estará mi papá, mis abuelitos y mis tíos. Sé que estarían como locos celebrando la propuesta de matrimonio del diablo que llegó hasta con vejiga y todo”, responde la barveña.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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