Fumar es dañino para la salud, eso es lo que desde los médicos hasta las cajetillas de cigarro nos indican, pero por lo general cuando las personas oyen eso, piensan en una enfermedad pulmonar y los daños van más allá.
La doctora Gabriela Rojas, de atención a pacientes del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependecia (IAFA), explicó los daños que provoca el fumado en los músculos y huesos de las personas.
“Los huesos se vuelven más porosos, más débiles, resisten peor los golpes y se fracturan más fácil. Las personas fumadoras tienen un riesgo de 30 a 40% más de fracturarse la cadera que los no fumadores de la misma edad, en especial si son mujeres”, dijo la doctora.
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Además, se disminuye el aporte de oxígeno y el músculo no tiene suficiente oxigenación.
- La nicotina hace que las células que forman hueso funcionen más lento.
- Disminuye la absorción del calcio, esencial para fortalecer los huesos.
- Hace que el estrógeno (hormona) se elimine más rápido, disminuyendo la fortaleza de los huesos.
- Aumenta el riesgo de enfermedades y lesiones como bursitis, tendinitis, esguinces y fracturas.
- Debilita los tendones y hay más riesgo de ruptura del manguito rotador, el doble que en personas no fumadoras.
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- Aumenta el riesgo de padecer artritis reumatoide, lumbalgias y osteoporosis.
- Retarda la cicatrización y consolidación de fracturas.