El cáñamo se puso de moda en el país, en gran parte, gracias a la diputada Zoila Rosa Volio, quien tiene rato de impulsar un proyecto de ley para permitir su explotación en el país.
Ella sabe lo versátil que es esta matica prohibida, por lo que no le sorprendió que el presidente de la República la considere como una de las propuestas para reactivar la economía del país durante la crisis por la pandemia por el COVID-19.
“Se pueden hacer mecates, manilas, cosméticos, alimentos, plásticos para hacer los bumpers de los carros y aviones, porque es duradero y liviano. Bioplásticos para la construcción y hasta combustibles, entre muchos otros, pero lo más importante es que tiene un mercado muy bueno y los países apenas están empezando a explotarlo”, dijo la legisladora a La Teja.
Volio, quien es ingeniera agrónoma, añadió que el cáñamo parece mala hierba, que crece con facilidad. Se puede cosechar cuatro veces al año, lo que permitiría recuperar rápidamente la inversión por la alta demanda que hay en el mercado.
“Podría atraer inversión extranjera, generar empleo de mano de obra calificada y operativa”, explicó la diputada.
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Dos casas
La empresa tico-francesa Zegreenlab es la que se ha encargado de la construcción y capacitación de albañiles y arquitectos en este tema, por lo que ya hay personas listas para arrancar en este negocio apenas se dé el banderazo de salida.
De hecho la empresa, propiedad de Ashely Javogue, construyó dos casas en Guanacaste con gran parte de cáñamo que importó desde Holanda.
“No es un producto estructural, no va a reemplazar la madera, ni el concreto o el acero, solo sirve para aislamiento, para el relleno de paredes. Se construyen paredes sólidas, de doble fase, con altas calidades de aislamiento térmico, acústico y de humedad. Esto permite reemplazar otros materiales menos amigables como el Gypsum o el block de concreto”, explicó Javogue.
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José Sandoval, representante de la empresa Cáñamo para Costa Rica, afirma también que es un material más flexible y resiste mejor que el cemento, el paso del tiempo y los desastres naturales.
Por su parte, Gerald Rojas, director de Cáñamo Industrial Costa Rica ve una gran posibilidad para reactivar el agro en el país, pero pide que se regule de forma responsable y se garantice el acceso a todos a la industria.
“Tenemos las condiciones geográficas, el conocimiento de agricultura y hasta universidades que fácilmente podrían desarrollar esto, lo venimos estudiando desde hace cinco años”, comentó Rojas.
Agregó que a su criterio deberían abrirse dos frentes, uno privado (laboratorios y fábricas con pago de licencias) y otro público donde los pequeños y medianos agricultores participen en cooperativas o solos y se lo vendan al Estado para, por ejemplo, la producción de biocombustibles junto a Recope.
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“Incluso el TEC había hecho un análisis y dijeron que era muy costoso hacerlo a pequeña escala. En Cartago se puede explotar la parte textil por la infraestructura ya instalada. Podríamos ser pioneros en la región”, explicó don Gerald.
Rojas afirma que varios agricultores que la están viendo fea en estos momentos los han llamado a pedir consejos.
“Es una economía verde, acorde con la política carbono neutral del país y hay más de veinticinco mil productos que se pueden hacer con el cáñamo. Una excelente oportunidad para Costa Rica”, comentó Sandoval.
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Otra ventaja que nos contó Hernán Rodríguez, experto en plantas medicinales, es que la ropa hecha con cáñamo ayuda a que circule mejor la energía del cuerpo.