En Pital de San Carlos está por florecer un jardín de Dios lleno de girasoles.
En algunas religiones el girasol es símbolo de los que buscan al Creador, porque como esta flor busca siempre al sol, se relaciona con la búsqueda constante de la luz suprema.
Caminar entre miles de girasoles será una realidad dentro de dos semanas cuando se abra al público una finca que tiene sembradas 135 mil semillitas que se convertirán en un colorido jardín con casi medio millón de estas flores.
Érick Porras González (alajuelense) y Wady Rojas Quiros (sancarleño), son los responsables de haber creado esta maravilla que por primera vez abrirá sus puertas antes de fin de mes y que ya tiene a mucha gente haciendo fila por las entrada. Este gran jardín se llama Campo de Girasoles Pital.
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La finca mide dos hectáreas que están completamente sembradas de una gran variedad de girasoles: diferentes tonos de amarillo, morados, rojos, morados con blanco, blancos puros, así que imagínese lo que podrá ser ese lugar en época de floración para tomarse un selfi.
“Son 21 mil metros cuadrados que fueron sembrados para que florezcan en diferentes etapas con diferentes especies y colores. Como yo tengo más de 20 años de trabajar con girasoles, hace tres años y medio nació el sueño de un campo completo de girasoles, por eso, poco a poco le fuimos dando vida con semillas de primerísima calidad.
“Campos de girasoles hay en Honduras, Guatemala, México, entre otros países del mundo; sin embargo, ninguno es como el nuestro por la variedad de girasoles y colores. Estoy convencido que lo nuestro es único en el mundo”, nos explica don Érick.
Algo de lo que más alegra a estos empunchados breteadores es que los girasoles servirán para ayudar en la reactivación económica de los pitaleños, ya que podría beneficiar indirectamente a más de mil personas dueñas de pulperías, soditas y tour operadores que se han sido tan golpeados con la pandemia.
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“El proyecto en el corto plazo es para que se abra unas cuatro o cinco veces al año, cada vez por casi todo un mes, esto por los tiempos de las floraciones; sin embargo, cuando ya esté todo el campo floreando la idea es poder tener abierto todos los días del año.
“Como estamos en tiempos de cuidarnos mucho, le puedo decir que cumpliremos con todos los protocolos higiénicos, además, el lugar se presta porque son dos hectáreas a cielo abierto y los ingresos se darán por burbujas y con bastante distanciamiento social”, agrega el experto en girasoles.
Jardín en el paraíso
Hablamos de un negocio 100% costarricense que le dará trabajito a varias familias y que aprovechará el turismo de la zona, ya que, por ejemplo, la finca está a 40 minutos del volcán Arenal, así que además de girasoles, los visitantes podrán disfrutar otras bellezas naturales sancarleñas.
“Estoy seguro que en el mundo no hay un campo de girasoles como este de Pital. Es difícil de explicarlo, tiene que vivirse y disfrutarse. Poder caminar entre girasoles de diferentes colores y tamaños es algo único. Hay flores desde el medio metro hasta casi tres metros de alto”, dijo orgulloso Erick.
Cuando el jardín abra sus puertas la entrada general costará seis rojitos. Los niños menores de tres años no pagan, los chiquitos entre 3 y 12 años pagarán dos rojitos; los adultos mayores y personas con alguna discapacidad pagarán tres mil colones.
Es un campo completamente adaptado para personas en silla de ruedas ya que tiene espacios amplios y el suelo es plano.
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“Esto es una iniciativa positiva. Nosotros lo vemos como un espacio para que, en medio de tanto estrés que genera la pandemia, sirva como relajante, como una gran ayuda para la salud mental en un ambiente sano y seguro.
“Otro gran beneficio es que las dos hectáreas serán grandes amigas de las abejas. Nosotros usamos solo productos orgánicos, por eso, todas las etapas de floración que tendremos en el año serán oportunidades ideales para que las abejas polinicen con tranquilidad de que no serán afectadas por pesticidas”.