EscucharPara entender el interés del padre Víctor Gómez por el problema del calentamiento global hay que remontarse a su infancia.
Este sacerdote, quien actualmente trabaja en la iglesia de Tibás, es oriundo de Liberia, Guanacaste, uno de los lugares más afectados por el cambio climático en el país.
El cura preocupado por las sequías que vive su pueblo, se quemó las pestañas aprendiendo sobre este mal que afecta a todo el planeta y al cual lo considera un pecado.
"El calentamiento global es un pecado, ya desde el génesis se nos advierte que el ser humano tiene una gran responsabilidad sobre la creación. Es un pecado porque está destruyendo no solo a las criaturas, sino al mismo ser humano, hay zonas donde los niños se están muriendo de sed y como el papa nos dice, podría ser el agua un problema de guerra en un futuro", asegura el sacerdote Gómez.
"Todo pecado siempre trae consecuencias, nunca queda aislado porque tiene un efecto dominó, pero estamos hablando de un pecado que está trayendo consecuencias globales, los pecados personales se suman y se hacen globales. Con el cambio climático no solo hay que ver que hace cada gobierno, sino cada uno de nosotros al desperdiciar agua y botar basura, ya que cada persona puede contribuir a combatir este problema", añadió.
Cura pionero
Como buen predicador, el padre no solo se ha dedicado a preocuparse por el calentamiento global, también trata hacer conciencia a la población en sus sermones, y por supuesto, predica con el ejemplo.
El sacerdote inició a mediados del año pasado una idea para que el Gobierno se acerque al de Israel para hacer un vínculo en la lucha contra este mal.
Gómez asegura que su idea va bastante adelantada y aunque el Gobierno es el que debería encargarse a partir de ahora, él se siente muy orgulloso porque considera que él fue el que dio el empujoncito inicial.
"Ellos son expertos en sistemas de riego por los desiertos que tienen, así que la idea es que vengan a compartirnos sus conocimientos porque nosotros si tenemos agua, pero con los conocimientos de ellos podríamos mejorar mucho en una zona como Guanacaste, que sufre de sequías, sobre todo pensando en no tener problemas con las cosechas a futuro", comentó el padre.
Charita
El padre cuenta que el trabajo va tan adelantado que ahora lo que están esperando son unas reuniones que van a sostener ambos gobiernos y aunque a él le hubiese encantado ser parte del siguiente proceso, la barrera del idioma no se lo permite.
"El Gobierno está seleccionando las personas que van a estar en esas reuniones y en las vídeo conferencias con los expertos, pero tienen que saber inglés", dijo resignado.
Al cura le hubiese encantado saber inglés no solo para estar presente en las reuniones, sino también para mandarle un mensajito a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos.
"Lamentablemente el presidente Trump no le está dando la importancia que merece el cambio climático y estamos en desacuerdo, solo que él tiene un poder donde sus decisiones van a ser fuertes, aunque pienso que todos deberíamos hacer nuestro esfuerzo", aseguró.
