Paulina Ramírez ha sido diputada de la República en dos ocasiones, primero en la administración 2014 - 2018 y actualmente ocupa una curul.
Ella es contadora pública y nació en Cartago centro, pero a los 16 años, cuando se casó, se fue a vivir camino a Tierra Blanca.
Paulina es la orgullosa mamá de cinco hijos: Luis Carlos, Silvia Elena, Alejandro, Daniel y Fiorella. Además, tiene tres nietos, pero su historia de vida no ha sido nada fácil.
- Se casó muy jovencita, ¿por qué tomó esa decisión?
Muy joven me hice de un novio, a los 13 años. Creo que uno por la inmadurez se enamora fácilmente; a los 16 años quedé embarazada y decidí casarme. A los 21 años ya tenía cuatro de mis cinco hijos.
Mi mamá me recomendó que no me casara y que ella veía por mi bebé porque yo era muy joven, pero creía que lo correcto era casarme y que mi hijo creciera con el papá. Al final los hijos siempre son una bendición, siento que no me equivoqué y tuve cinco hijos muy lindos.
- ¿A qué edad se divorció del papá de sus hijos?
Me divorcié cuando tuve a mi quinta hija, a los 29 años, a partir de ahí fui jefa de hogar.
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- ¿Ser mamá tan joven fue una ventaja o una desventaja?
Tiene muchas ventajas y desventajas. Creo que a uno le falta mucha madurez, tal vez se cometen errores a la hora de criarlos y formarlos.
Ser joven permite que uno tenga energía, fui más amiga de ellos, compartí muchas de sus cosas, de hecho todavía compartimos muchas actividades, hay una relación muy cercana.
-¿Qué ha sido lo más difícil de ser mamá?
No me percaté de que tener hijos llevaba tanta tarea y sacrificio, pero al final nunca me quejé, como siempre fui casada y con bebés no conocí una realidad diferente. Enfrenté las cosas, pero sí es muy difícil mantener a cinco hijos, pagar sus estudios, universidades, por eso verlos graduados me llena de satisfacción.
Esa es otra de las ventajas de ser mamá joven, que puedo ver a mis hijos e incluso a los nietos cumplir sus metas y disfrutarlas con ellos, aun con mucha energía. Pero lograrlo no fue algo fácil, tuve que trabajar, estudiar y ver mi familia al mismo tiempo. Tuve muchas noches y madrugadas largas porque me tocaba ponerme a estudiar después de acostar los niños. Me organizaba para ir a la universidad, hacer tareas con ellos e ir a trabajar. No sé cómo lo logré, pero saqué la tarea.
- ¿En esos momentos de tantos sacrificios recibió ayuda de su familia?
Mi familia siempre me apoyó, tenía a alguien de servicio que me ayudaba en la casa y eso fue una gran ventaja. Además, tuve la bendición de que mi papá me regaló la casa.
- ¿Es difícil ser mamá y a la vez política?
Sí, yo tuve la ventaja de que entré a la política en el 2007 como vicealcaldesa, tuve ese puesto dos veces en la municipalidad de Cartago, en ese momento mis hijos ya eran adolescentes.
Estar en la política requiere sacrificar mucho tiempo de familia, hay que ir a giras o reuniones en las noches. Por otro lado, el ambiente político siempre ha sido mucho de hombres y las mujeres tenemos que hacer un gran esfuerzo para demostrar que podemos, por lo general una como mujer hasta que no está preparada no asume un cargo, pero los hombres son diferentes, siempre arriesgan.
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- ¿Se arrepiente de algo que haya hecho como mamá?
Uno no debe arrepentirse, porque los errores, los obstáculos, lo forman a uno para ser mejor persona y nada en la vida pasa por casualidad.
- ¿Se siente satisfecha con el ejemplo que les ha dado a sus hijos?
Sí, ellos han visto en mí a una persona que les ha enseñado principios, valores y que ha crecido profesionalmente, porque he logrado muchas metas, soy luchadora, no descanso hasta conseguir lo que quiero y creo que eso siempre va a ser un buen ejemplo.
- ¿Cuál es la principal diferencia entre ser mamá y abuela?
¡Ser abuela es lo más lindo! Ser mamá es mucha responsabilidad porque uno tiene la carga de la formación de los hijos, pero el ser abuelita permite divertirse y disfrutar más los momentos del crecimiento.
- ¿Siente que ahora es más difícil criar a los hijos?
Antes se criaban más libres, recuerdo que mis hijos se iba, a jugar solos a la montaña y después uno les pegaba un grito para que regresaran, ahora hay que tener más cuidado. En la educación también porque están expuestos a las redes sociales, el Internet, la televisión.
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- ¿Qué les dice a las mujeres que se sienten atadas a una vida infeliz y no se atreven a salir de ahí?
Que sí se puede salir. Yo viví un círculo de violencia sicológica, tuve un esposo muy celoso, no me dejaba salir a nada, para estudiar tuve que hacer miles de tratos con él. Tenía que ir de la universidad a la casa y de la casa a la universidad.
Pese a que fue muy difícil, tuve que esperar a tener una fuente de ingresos propia. Creo que el acto más valiente que hice en mi vida fue divorciarme, porque uno tiene que pensar que Dios no nos mandó a ser esclavos.
Yo pude salir de esa esclavitud con cinco hijos y una de ellas era un bebé.