En estos tiempos de crisis económica y de pandemia, las buenas noticias son un remanso de paz y esperanza para la humanidad.
Por eso queremos compartirles la historia de don Rodolfo Cordero, un empleado municipal de Cartago, quien el sábado 8 de agosto cumplirá diez años de trabajar en la muni brumosa.
Resulta que el pasado viernes 31 de julio, este breteador volvió a demostrar que tiene bien arraigado el valor de la honradez, ese que le inculcaron sus padres, Pedro Cordero y María Teresa Mata; así como sus abuelos, José Cordero, Hortensia Segura, Juana Rojas y Miguel Mata que en paz descansan.
A él le toca mantener limpia la avenida Segunda de Cartago, la que va de la basílica de Los Ángeles hacia el cementerio de esa provincia, y el viernes a las 12:10 de la tarde, cuando iba pasando por la esquina noroeste de los Tribunales de Justicia de la Vieja Metrópoli, observó dos chuzos de teléfonos en la acera y los recogió, los puso en su carretillo y continuó hacia el lugar donde guarda sus herramientas de trabajo.
Don Rodolfo termina su jornada diaria a las 12:30 p.m. y, como a los 200 metros de donde los encontró, comenzó a sonar uno de los teléfonos, contestó y era el dueño de los aparatos, quien estaba llamando para recuperarlos.
“Me dijo: ‘Mire es que se me acaban de perder dos celulares, ¿dónde trabaja usted?‘, le dije que yo iba a marcar al plantel. Le pedí que me esperara en la Corte, donde los encontré, y que yo ya iba a dejárselos. Porque lo que no es mío, yo no puedo dejármelo”, nos contó este ejemplar trabajador y ser humano quien tiene 60 años.
Con un agradecimiento por su honradez, don Rodolfo se fue satisfecho para su casa.
El alcalde brumoso, Mario Redondo, reconoció en sus redes sociales los valores de su trabajador.
Se encontró en la acera 2 celulares de última generación y busco y busco hasta que encontró a sus dueños. Por eso rindo homenaje a Rodolfo Cordero, empleado de limpieza de nuestra Municipalidad. Hombre honesto, esforzado y servicial. El tipo de funcionario que ocupa el país. pic.twitter.com/ariNZbgsPi
— Mario Redondo Poveda (@marioredondo) July 31, 2020
Y los comentarios de apoyo no se hicieron esperar, como el de un usuario que se identifica como @lechuzaguerrera, quien puso: “Mis respetos a don Rodolfo. En estas épocas de tanta corrupción cuesta encontrar personas como él”.
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No es la primera vez
La honradez de don Rodolfo ha quedado evidenciada varias veces.
Según nos contó el empunchado breteador, siempre ha actuado de la misma manera.
“Una vez frente al plantel municipal me encontré 28 mil colones. Eran de un compañero de trabajo al que se le cayeron cuando pagó el taxi que lo llevó al trabajo. Lo supe porque al día siguiente otro compañero me preguntó si los había visto y como les dije que sí, que los tenía guardados en la casa, me regalaron cinco mil colones para las ánimas de mi hermano que había fallecido seis meses antes”, recordó.
“Eso fue hace como cinco años y medio, les conté a mis papás y me dijeron: ‘Deje eso ahí y si le preguntan, usted los entrega', y así lo hice”, agregó.
Hace unos tres años, en el Banco Agrícola, en el puro centro de Cartago, se encontró medio millón de colones en una cartulina. Del parqueo del puro frente, un señor se devolvió y les dijo a una señora y a una muchacha que había perdido una cartulina, que era una planilla para pagar a los trabajadores.
“Ahí la señora se volvió y le dijo: ‘Ese señor que va ahí de la municipalidad juntó una cartulina, pregúntele y se lo entregué, tómelo, aquí está. No es mío y me enseñaron la honradez”, reiteró el brumoso, vecino de Guadalupe de Cartago.
Hace como dos años, pasó por la casetilla donde están los guardas de la iglesia María Auxiliadora, cuando vio un celular tirado en la acera y lo recogió.
“Iba sonando y lo atendí, era de una señora de Santa Gertrudis. Le dije: ‘Yo ahorita llego a la casa, dónde se encuentra usted para entregárselo'. Ella estaba en las Américas en Guadalupe de Cartago y se lo llevé. Cuando se lo di, ella se soltó a llorar y me dio las gracias porque lo estaba pagando y me regaló un pedacito de tamal para que comiera con el café”, a quien agradeció el gesto.
Otro caso fue como hace cuatro años y medio, en una pulpería por las ruinas de Cartago, donde estaban vendiendo comidas. Allí vio un bolso café, le preguntó al dependiente de quién era y este le dijo que ahí lo habían dejado.
“Le dije: ‘Yo voy a meter la mano, cualquier cosa usted me sirve de testigo'. Me encontré un número de teléfono, llamé y la señora me dijo que sí se le había extraviado. Vino a recogerlo, metió la mano y estaban los 20 mil colones que andaba para hacer unos mandados. Me dijo: ‘Mire, que honradez la suya'”, recordó don Rodo.
Agregó que este sábado a las 11 de la noche todavía estaba recibiendo mensajes de felicitación por su honestidad.
Don Rodolfo está divorciado y vive donde una hermana. Es padre de cuatro hijos y tiene igual número de nietos, dos parejitas a quienes asegura les ha inculcado los mismos valores que él aprendió: honradez, honestidad y responsabilidad.
“Es una alegría para mí”, dijo entre lágrimas de alegría al recordar a sus abuelos.
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