“¡Ay Dios mío! Cómo van a hacer una ‘autograduación’ si yo no tengo carro. Sentí que me iban a dejar por fuera de los graduados después de tanto sacrificio, por eso mandé un correo a la universidad y así me di cuenta que ya ellos tenían todo solucionado para los que no tenemos auto… me volvió el alma al cuerpo”.
Eso nos contó Karla Rojas Sibaja, vecina de Hatillo centro, quien el pasado lunes 2 de noviembre se graduó de licenciada en Educación en la Universidad San Marcos, la cual realizó la primera “autograduación” de la historia del país.
Más de 400 egresados de ese centro educativo lograron recibir su título este lunes, montados en un automóvil, en el Centro de Convenciones de Costa Rica (CCCR).
"Si bien esta modalidad ya se ha implementado en países como México, es la primera autograduación universitaria que se realiza en nuestro país. El evento se organizó en cuatro grupos de 100 vehículos cada uno y tuvo lugar bajo estrictas medidas sanitarias, en la explanada noreste del CCCR.
“Como consecuencia de la crisis sanitaria, nos vimos obligados a cancelar los actos presenciales y no queríamos limitarnos únicamente a realizar juramentaciones y a entregar títulos. Ante la incertidumbre, buscamos crear una alternativa diferente porque nuestros estudiantes son lo más importante para nuestra institución y merecen vivir este momento al lado de sus seres queridos. Estamos seguros de que nunca olvidarán esta graduación”, explicó Juan Fernando Montañez, director regional de la Universidad San Marcos.
Muy alegre
"Cuando estaba terminando la licenciatura, ya en medio de la pandemia, estaba convencida de que el título me iba a llegar por correo, como les ha sucedido a muchas personas, entonces como que uno se desanima un poquito porque siempre está la ilusión del acto de graduación.
“La autograduación me supo a éxito, en verdad la disfruté mucho, estuvo muy alegre. Es una respuesta excelente y muy bien pensada de la universidad para hacer algo diferente y mantener vivo el fuego de la alegría tan grande que uno siente, esa satisfacción total por cumplir una meta tan importante en los estudios”, contó Karla.
Pero, ¿cómo le solucionaron el tema del carro?
“No tuve que hacer nada, vieras que la universidad se encargó de contratar un Didi para que me recogiera y me devolviera a la puerta de mi casa. Fue tanto el chineo, que incluso el chofer se quedó con nosotros en la graduación, por eso nos hicimos amigos del conductor, Rafita”, respondió la feliz graduada.
Karla es bien empunchada, da clases de contabilidad en dos colegios, el Ricardo Fernández Guardia y el Liceo Doctor José María Castro Madriz, en ambos da cuarto y quinto año. Tiene once años de ser educadora.
“Otra cosa que me gustó de la graduación es que, al darse el acto como tal, adaptado a los tiempos de pandemia, pude ir con mis hijas y servirles como ejemplo. Ellas estuvieron a mi lado y se contagiaron de mi alegría, me vieron ir por el título y volver al carro. Fue un momento lleno de ambiente de triunfo y entonces se emocionaron mucho, lloraron y se identificaron, ahora ellas quieren vivir su propia graduación y por eso me aseguraron que no van a aflojar en sus estudios”, comentó.
Todo en orden
De los 400 graduados de la San Marcos, solo 27 no tenían carro, pero la U les resolvió.
Karla asistió con sus hijas: Nayely (de 18 años) y Karolayn Torres (de 16 años).
¿Cómo hicieron para que los 400 estudiantes en sus carros pudieran escuchar?
"La universidad lo tenía todo arreglado, teníamos que sintonizar en el radio la emisora 90.1, ahí se escuchó todo el acto de graduación, la verdad me pareció muy bien planificado.
“Me bajé del carro en dos ocasiones, para la juramentación y para recibir el título. Se cumplió con todos los protocolos de higiene. Incluso nos dieron hasta refrigerio en el propio carro. El acto y duró como hora y media. Como no hizo sol ni llovió, el clima estuvo perfecto”, recordó.