El perrito Duke confirmará a partir del viernes 17 de julio que en el mar la vida es más sabrosa, ya que dejará su casa en el centro de Tres Ríos para irse a vivir y ladrar a playa Negra, en Puerto Viejo de Talamanca.
Duke es un zaguate que no le deja de mover el rabo a la vida, a pesar de las dificultades, ya que el 8 de julio del 2016 le pegaron un machetazo que le desprendió la mitad de su hocico, incluida la nariz y varios dientes. La brutal agresión casi le cuesta la vida, pero superó la prueba para convertirse en símbolo de la defensa contra la agresión animal en el país.
Dos meses después del machetazo, Duke fue adoptado por doña Marianella Navarro Montoya, quien es la responsable de que el zaguatico esté puras tejas y de que el año pasado conociera el mar, a pesar del temor de que la arena, el agua salada y tanto sol afectaran al peludito debido a su condición, pero este se enamoró de inmediato del mar y de sus encantos. Esa prueba fue clave para definir su futuro al lado de las olas y el mar.
Muchos ángeles han permitido que este guerrero de cuatro patas haya dado la gran batalla y se ha hecho tan famoso que hasta tiene una fundación llamada “eDUKEmos”.
Debido a ese cambio de vida nos dimos a la tarea de contactar a doña Marianella, quien nos ayudó para que Duke nos ladrara, con pelos y señales, todos los detalles de su viaje.
–¿Ya tiene todo listo para irse?
Todavía no, me falta tamaño poco. Ya alisté las bolitas que más me gustan, pero aquí estoy en problemas con mami porque no quiere que me lleve mi peluche preferido solo porque le arranqué un ojo.
–¿En verdad le gustó tanto el mar?
Me encantó, es superrelajante y la arena supersuave, mis patitas disfrutan mucho con la arena y el agua de mar es riquísima. Desde que conocí el mar le dejé muy claro a mi mamá que quería vivir aquí.
–¿Qué va a extrañar de la Gran Área Metropolitana?
A los niños, a la gente linda que ama a los animales y que siempre me buscan para tomarse fotos conmigo y hacerme cariño. Aunque no voy a estar muy largo, ya que este país es muy pequeñito. También me pueden escribir porque tengo mi propio WhatsApp, en el 8676-7573, y yo siempre ladro todas las respuestas.
–¿Se va solito?
Nada que ver. Me voy a disfrutar de la playa, arena y sol, con toda la familia, mis 12 hermanos (3 gatos y 9 perros). Yo me estoy pasando en grande, eso sí, primero voy a alquilar porque están terminando de construir mi casa… es que ya estaba desesperado por salir a caminar libremente, con esto del coronavirus estoy muy encerrado.
–¿Qué le hace falta de empacar?
Como en Puerto Viejo hace mucho calor, que es riquísimo, ando buscando unos colchones especiales que con el peso de uno se comienzan a enfriar para así pasar las noches fresquito, a cachete, pero no solo para mí, sino para toda la gallada.
Ahora estoy en un corre corre, porque tengo varias citas con el doc (el veterinario), ya que me tienen que poner varias vacunas y que me hagan una buena limpieza dental, usted sabe, uno tiene que chinearse y estar guapo para la perritas.
–¿Le van a limpiar el famoso colmillo destructor?
Por supuesto, ese es el azote, todos los peluches los rompo con ese colmillo y a las perritas les encanta, es el pegue.
–Uno pensaría que por la faltarle una parte de su hocico la arena y el mar lo afectarían, ¿todo está bien con eso?
Yo lo pensé, por eso me le metí con miedo a la arena y con más precaución al mar, pero vieras que no me afectó. Yo he sido muy sano antes y después del machetazo. Creo que es por mi sangre de zaguate, eso sí, en el último año me ha afectado una alergia, pero nada que una pastillita no cure.
–¿Se acabaron sus visitas a escuelas y colegios?
¡Jamás! Me extraña que me haga esa pregunta. Ya tengo todo hablado con la gente de Puerto Viejo Dogs, ellos son unos muy lindos humanos que ayudan a los perritos sin hogar de la zona y yo les meteré la patita en todo lo que pueda.
Junto a ellos voy a luchar por seguir visitando escuelas y colegios para ladrar bien fuerte contra la agresión animal. Eso es en lo que me he especializado desde aquel duro día de 2016. Es importante que mi testimonio sirva para que ningún otro perro del país sufra lo que yo sufrí.
–¿Algún mensaje final?
Sí. Hágame un favor, dígale a todas esas zaguaticas de la Gran Área Metropolitana que no se pongan a llorar, yo voy a estar justo atrás del hotel Perla Negra en playa Negra, para que se animen a visitarme, porque tengo cariño para todas.