Dos pacientes que tenían el llamado “pecho hundido” ya no vivirán con esa malformación, gracias a una operación a la que fueron sometidos en el Hospital México hace unas semanas.
Omar Castillo, médico cirujano cardiovascular y toráxico de ese centro médico, contó que la patología de pecho hundido, clínicamente llamada pectus excavatum, implica que la parte inferior del esternón se hunde de forma importante, provocando una deformidad que compromete la integridad psicosocial del paciente.
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Ambas personas se sometieron a una novedosa técnica llamada “pectus up”, que consiste en colocar un tornillo en la parte hundida del esternón y con unas barras de soporte laterales elevarlo hasta la posición deseada, para luego fijarlo con un implante.
Como parte de las ventajas de esa técnica están que es poco invasiva respecto a otras opciones quirúrgicas que actualmente se utilizan.
Según comentó el especialista, es un procedimiento quirúrgico de corta duración, lo que reduce el riesgo de afectar a los órganos internos y que surjan complicaciones graves. Además, es una técnica poco dolorosa, de corta estancia hospitalaria, con un periodo de recuperación corto y no requiere cuidados intensivos.