Raquel Rodríguez tuvo a su hija Helena hace nueve meses y desde antes de que su pequeña naciera se informó bien sobre los beneficios de la leche materna.
Tanto en el curso prenatal como en páginas de Internet y perfiles en redes sociales de asesoras de lactancia, fue descubriendo las maravillas que ese líquido causa en los recién nacidos.
“Mi bebé ya va a cumplir diez meses y gracias a las defensas que le ha dado la leche materna nunca se ha enfermado. Es cierto que al principio cuesta mucho porque los pechos duelen, pero con paciencia y buena asesoría todo eso se supera y el sacrificio vale la pena.
“Los primeros seis meses exclusivos de leche materna son muy importantes, ya después se empiezan a incluir los alimentos, pero no se quita la leche. Personalmente creo mucho en los beneficios de la lactancia materna, quiero darle de mamar a Helena por lo menos hasta los dos años”, expresó.
Raquel incluso es donadora de leche materna, todo los miércoles llegan funcionarios de la Caja a su casa a recoger leche para alimentar bebés recién nacidos que están internados.
LEA MÁS: Papá: “La leche materna es oro para los bebés enfermitos y las mujeres que la donan son heroínas”
Importante llamado
Esta es precisamente la semana de la lactancia materna y las autoridades de Salud hacen un llamado a los papás para que los primeros seis meses de vida alimenten a sus bebés solo con leche materna.
La doctora Ingrid Broitman, vocera del Colegio de Profesionales en Nutrición, dice que a nivel mundial este tipo de alimentación exclusiva en el primer semestre lo aplican entre 30 y 40 de cada 100 mamás. Costa Rica está rezagada en el tema ya que aquí lo aplican solo 27 de cada 100.
La Organización Mundial de la Salud tiene como meta que ese número se eleve a nivel mundial a 50 de cada 100 mamás.
La especialista asegura que la leche de la madre es la más segura en comparación con las de fórmula. Está limpia, a la temperatura perfecta, disponible 24 horas, protege el sistema inmunológico del niño, asegura una nutrición perfecta y, además, ofrece a la mamá y al niño espacios de relajación en un entorno difícil.
Dios nos dio el maravilloso regalo de la leche materna y hay que aprovecharlo.
— Raquel Rodríguez