Para el doctor Marco Vinicio Boza fue todo un orgullo ver cómo el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) solo necesitó unas semanas para transformarse en el Centro Especializado de Atención de Pacientes con covid-19 (Ceaco).
“El Ceaco demostró la enorme capacidad del tico. De hecho, se volvió un caso de estudio para el mundo. El Ceaco fue posible gracias a los 80 años que tiene la Caja, la cual demuestra día a día la capacidad de adaptación tan impresionante que tiene.
“Claro, la Caja no es perfecta, no está libre de debilidades, al contrario, queda mucho por hacer, por fortalecerla, pero con el Ceaco y la gran transformación que tuvo, se logró contener un virus sin las decisiones de cierres tan fuertes como en Asia, por ejemplo”, asegura Boza.
Al conocido médico lo buscamos para hablar sobre el tema ya que este lunes inició el cierre técnico del centro médico como hospital dedicado a la atención de pacientes con covid-19, para volver a realizar sus funciones como centro de rehabilitación.
“La maravilla del Ceaco comienza con cientos de manos trabajando para transformarlo, para alistar el lugar de la gran batalla y, se puede decir, todos voluntarios, porque al Ceaco quien no quería ir, simplemente no iba, pero cientos de doctores, enfermeras, gente de mantenimiento, de limpieza, técnicos, en fin, muchas personas dijeron sí por el bien del país, ahí está la verdadera maravilla: el Ceaco es Costa Rica unida, amándose y cuidándose”, reconoció.
Ese centro fue vital porque, según explica Boza, se necesitaba un lugar para concentrar los contagiados y permitir que los profesionales se formaran con la mejor información mundial sobre el avance del virus.
“El Ceaco fue la luz que nos marcó el camino y gracias a esa luz comprendimos qué hacer para ganarle la batalla al virus, entonces el modelo Ceaco se pudo repetir en los hospitales nacionales como el México, Calderón Guardia y San Juan de Dios, así como en algunos rurales. Aprendimos con el Ceaco y día con día mejoramos”, se alegró.