El disco de vinilo goza de muy buena salud en Costa Rica y el mundo. Si usted es de los que cree que, con el nacimiento del CD, esos discos grandes y negros pasaron a la historia, pues está muy equivocado; hoy día son más buscados que nunca, e incluso, están muy saludables y creciendo.
Don Oscar Araya Alvarado, vecino de La Trinidad de Moravia, tiene 64 años y jamás olvidará como ya para 1973, cuando entró al colegio, prefería irse a pie a estudiar para guardar los pases y así los fines de semana poderse comprar un disco de vinilo.
“Me iba a la discoteca Rodolfo Herrera o a Disco Tico a ver los discos. El primer vinilo que me compré todavía lo tengo, es de Tommy James And The Shondells (es un discazo que trae l megapiezota Trébol y Carmesí, búsquela en YouTube y disfrútela).
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“A partir de ese disco me quedó muy claro que lo mío era tener la mayor cantidad posible de vinilos de la música que me gusta. Arranqué en primero de colegio y, hasta el día de hoy, sigo buscando discos de vinil para comprarlos”, asegura el moraviano.
Recordó don Oscar que cuando tenía 22 años su “güaquita” de discos estaba bien pochotona y para esa época en el país explotaron las discotecas (en las que se bailaba) como Shalako’s, Partenón, Zadidas, Acuarios, Doble O. Todas ocupaban música buena, actualizada y en cantidades.
“Un día le dije a Aramis, el DJ de Shalako’s que por favor me pusiera “Espíritus en el Cielo” de Norman Greenbaum, (otro piezón tan bueno que en la película Guardines de la Galaxia la puede escuchar). Vea lo que es, me dijo que no podía porque no la tenía, y le respondí que yo sí.
“A partir de ese día le comencé a llevar discos de vinilo a Shalako’s para que se los pusieran a la gente que llegaba a bailar. El disco de vinilo me ha acompañado casi que toda mi vida, no puedo imaginarme un día sin escuchar uno”, reconoció.
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Asegura don Oscar que su colección es de unos 3 mil LP (12 pulgadas; o sea, 30,50 centímetros de diámetro, también conocidos como 33) y unos 5 mil en 45 (7 pulgadas, o sea, casi 18 centímetros). Les dicen discos en 33 y 45 porque su velocidad es de 33 y 45 revoluciones por minuto -rpm-)
“Tengo de todo: salsa, merengue, reggae, cumbia, boleros, música instrumental, jazz, todo tipo de música costarricense. Lo único que jamás me permitiré tener es un disco de vinil de reguetón, eso jamás.
“Tampoco soy de escuchar rock metálico, pero no tengo problema en conseguir de esa música”, dice con mucha seguridad.
Día Mundial del Vinilo
El 12 de agosto se celebra el Día Mundial del Disco de Vinilo, por eso quisimos investigar un poco cómo estaba la salud del vinilo en Tiquicia.
Este disco fue presentado al mundo por la compañía discográfica Columbia Records en 1948; fabricado con cloruro de polivinilo.
¿Goza de buena salud en disco de vinil? “Totalmente saludable está el disco de vinil. Es más, le voy a aclarar algo, desde hace unos cinco años para acá en Costa Rica y el mundo se experimentó un regreso a los gustos por estos discos, igual al que se disfrutó entre 1950 y 1999″, responde don Oscar.
¿Imagino que solo señores cincuentones los buscan? “No señor, está muy equivocado y se lo aseguro yo, que además de coleccionar intercambio. La explosión por el vinilo atrapó a las nuevas generaciones. Uno se topa carajillos menores de 20 años buscando un disco original de la primera edición de Queen o Led Zepellin, de Madonna o Michael Jackson.
“Cuando veo tanto carajillo desesperado por conseguir vinilos me lleno de orgullo, de enorme alegría, porque eso me garantiza que el vinilo está sano, fuerte y creciendo.
“No le voy a negar que cuando llegó el CD muchos pensamos que era la muerte del vinilo, pero qué va, no pasó”, agregó don Oscar, a quien usted puede conseguir al 6160-8480, ya que él lo guía si quiere comenzar a coleccionar vinilos o comprarse un tocadiscos.
DJ a puro vinilo
Teníamos dudas de que don Oscar fuera solo un gran fiebre, pero que estuviera solo en su pasión por los vinilos, por eso fuimos a buscar al cartaginés José Salazar, de 51 años, quien todos los jueves trabaja como DJ, eso sí, a puro disco de vinilo.
“Comencé a coleccionar por ahí de 1988, estaba en el colegio. Para aquella época la única forma de escuchar la música que me gustaba era comprándola, no es como ahora que en Internet se encuentra todo.
“El primer disco de vinilo que compré fue de Eddy Santiago, era de 45. Soy un apasionado salsero 100%. La gran mayoría de mi colección es de música salsa, sí tengo algo de merengue y jazz, pero la mayoría es salsa.
“Le puedo confirmar que el disco de vinilo goza de muy buena salud y el gusto crece día con día. Antes los discos eran más baratos, sobre todo después de la llegada del CD, que fue como a finales de los ochentas, ahora le puedo asegurar que el precio de los vinilos subió y mucho porque hay demasiada gente buscándolos”, asegura don José.
De acuerdo con este brumoso, los gustos por escuchar música terminarán siendo idénticos a los de antes del CD.
“Yo voy a ferias en donde venden discos de vinilo y, al principio, creía que solo viejitos iba a encontrar buscando acetatos, pero qué va, vaya a una para que vea que están parejos los jóvenes veinteañeros y los señores mayores de 50 años.
“El disco de vinilo es magia pura y ya las nuevas generaciones lo están descubriendo. Es la verdadera forma de tocar música. Hay una aguja que hace contacto con los surcos del disco y eso provoca que el ambiente en donde se escuche se llene de magia”, dice.
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Don José tiene unos 3 mil discos de vinilo de los dos tamaños y espera superar los 5 mil dentro de poco tiempo, por eso va constantemente a los lugres en donde venden, que por cierto son bastantes.
Vive del vinilo
Arnold Von Storren Rojas es de Alajuela y tiene 14 años de tener en el edificio Steinvorth, en San José una tienda que vende discos de vinilo, la cual está a días de trasladarse al Centro Comercial Las Arcadas, también en San José centro.
Su pasión por estos nació desde los 13 años y reconoce que es por herencia de su papá y de su abuelo, quienes pasaban escuchando música todo el día.
“El primer disco que me compré fue de los B-52′S (salió al mercado en 1979) y a partir de ahí me convertí en coleccionador. Ahora me considero un buscador de discos únicos, especiales de agrupaciones ticas o centroamericanas que, tal vez, no fueron tan famosas, pero hicieron bien las cosas como Los Hermanos Vargas de aquí.
“Le puedo confirmar que soy un vivo ejemplo de que el disco de vinilo goza de buena salud, p tengo 14 años viviendo de él. Mi tienda se llama “Twistin Bones” y todos los días abro y vendo. Llegan señoras y señores de 50 años para arriba, pero también jóvenes menores de 20 años”, confirma.
Gracias al vinilo se ha formado una comunidad nacional de amantes de este formato, y por eso siempre hay eventos y ferias; de hecho, el próximo 1° de setiembre, en el edificio Steinvorth de San José, se realizará la edición 19 de la Feria Cultural del Disco de Vinilo, de 10 a.m. a 5 p.m.
En esa feria se podrán comprar discos, intercambiar y hasta adquirir tocadiscos. Si le queda alguna duda, y quiere conseguir vinilos puede hablar con don Arnoldo al 8487-1081.