La diputada saliente Mileidy Alvarado dice que colgará para siempre las tijeras, ya no será más estilista, al salir de la Asamblea Legislativa trabajará como abogada de familia.

Alvarado es un fiel ejemplo de que los sueños hay que perseguirlos para cumplirlos. Ella siempre quiso ser abogada, pero su situación económica la llevó a posponer su sueño; sin embargo, ya pronto alcanzará la meta.

La legisladora del partido Restauración Nacional cuenta con orgullo que después de terminar el colegio estudió para ser estilista profesional porque su papá y un hermano son peluqueros, entonces entró al negocio de la familia, pero siempre conservó la ilusión de convertirse en abogada porque sentía que tenía pasta para eso.

“Mi padre no podía pagar la universidad entonces pensamos en prepararme y trabajar en el salón y luego iniciar la universidad. El negocio es familiar y el talento también, me gusto el oficio por la habilidad que tenía, entonces pospuse la carrera de Derecho. Siempre trabajamos en familia en la ‘Peluquería don German’, muy famosa en Cañas, Guanacaste; también mi hermana y una prima se incorporaron al salón”, contó.

La diputada también es muy creyente en Dios, tanto así que es pastora, pero asegura que mientras fue diputada dejó de lado esa faceta para concentrarse en su labor política.

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Gran sacrificio

Mileidy dice que estos cuatro años en la Asamblea los aprovechó muy bien para avanzar en sus estudios, por eso ya casi termina la licenciatura, eso sí, confiesa que no fue una tarea fácil.

“Fue realmente muy duro, pero me ayudó mucho que lo que estudiaba lo que estaba viviendo en la Asamblea con las leyes, así entendía todo mejor.

“Estudio de noche y estos dos últimos años me ayudó mucho que fueron virtuales porque los primeros dos salía corriendo del plenario a clases, pero siempre fui muy disciplinada”, manifestó.

Sobre sus planes a futuro, la legisladora dice que cuando termine sus estudios piensa unirse a algunos familiares que también son abogados porque siente que sería bueno que trabajaran juntos.

La guanacasteca dice que su paso por la Asamblea le dejó grandes lecciones de vida.

Así como se siente feliz porque iniciativas suyas se convirtieran en leyes, también conoció la decepción al ver que muchas personas llegan a una curul pensando solo en el beneficio propio y no el bienestar del país.

“Otro de los temas complicados de la diputación fue el tener que sacrificar mucho a mi familia, ya que entre semana estaba en San José, en el plenario, y los fines de semana en giras por todos los cantones de mi provincia para poder ayudar a las comunidades”, aseguró.

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Un cambio para bien

La legisladora dice que todas las experiencias cambian de alguna manera la vida de las personas y en este caso el ser diputada cambió la de ella para bien.

“Fue una gran experiencia como ciudadana, estoy muy agradecida con la libertad de la democracia de nuestro país que permite que cualquier costarricense pueda representar a sus conciudadanos y tomar decisiones tan importantes y con tanta responsabilidad. Estoy muy agradecida con Dios y con aquellas personas que me apoyaron para llegar a ser legisladora”.

Al inicio de su gestión, la guanacasteca recibió muchas críticas porque llegó prácticamente sin experiencia política, pero en aquel momento dijo que se había preparado mucho para llegar hasta la Asamblea.

Luego de cuatro años, la diputada se siente muy orgullosa de su papel y ve con mucho optimismo que cada vez son más las mujeres que forman parte de la política.

Al final de la entrevista le pedimos a Mileidy que le diera a los diputados entrantes un consejo que le hubiera gustado que le dieran a ella al empezar su labor como legisladora y este fue el mensaje que dio: “Que es necesario prepararse, estudiar en todos los temas que queremos participar, así como en las estrategias de negociación. Toda la sociedad gana cuando podemos construir acuerdos ya que en el plenario y las comisiones es muy necesario”.

“Cada decisión que tomamos deben ser pensando en los ciudadanos y en el bienestar de la nación”.

—  Mileidy Alvarado