La violencia infantil, y en medio de esta casos de violación y de “bullying”, puede ser detectada en los dibujos que hacen los chiquitos y los papás pueden aprender a “leer” esas imágenes, pero sin hacer interpretaciones apresuradas.
Los papás deben poner atención si un niño dibuja que lo persiguen, ojos y boquitas tapadas, chiquitos gigantes en relación con él mismo, genitales, sangre o incluso si deja las ilustraciones en blanco y negro pese a tener lápices de color.
Esos rasgos podrían revelar que está siendo víctima de abuso, sufre por matonismo, es objeto de amenazas o se siente triste.
María Esther Flores, sicóloga de familia, nos dio más luz sobre el tema.
Nos llama la atención en este sentido: sepa que un niño no tiene por qué dibujar penes o vaginas; que si dibuja equis en la boquita o en los ojos de personas es una señal de alerta y lo mismo si dibuja seres que sangran o expresan dolor y agonía.
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Un informe dado conocer por la Universidad Nacional y la Defensa de Niños Internacionales (DNI) este 25 de noviembre informó cómo perciben la violencia los niños de primero, segundo y tercer grados.
Fueron detectados casos de abusos, de violencia migratoria, violencia de duelo, matonismo y otras situaciones dolorosas o peligrosas.
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Ingrid Porras, consultora de DNI y doctora en procesos formativos, explicó que los padres que deseen utilizar el dibujo como una herramienta para descubrir detalles de sus pequeños deben, antes que nada, jugar con ellos con frecuencia.
Deben hacerse amigos de los niños para que estos les tomen confianza y, entonces, puedan romper el hielo cuando haya una situación sospechosa.
“Los niños reproducen conductas aprendidas, absorben los comportamientos de los adultos. Por ejemplo, si usted pone a una niña a jugar con una muñeca va a oír que le dice: ‘si no hace esto pau, pau’, o la regaña, le dice que se porte bien. Eso es lo que le dicen a ella y lo reproduce”.
Entonces, si usted quiere aplicar el dibujo con sus pequeños debe construir antes una relación de amistad. Recuerde que los niños no tienen un vocabulario desarrollado como para expresarse con claridad, pero sí lo pueden hacer cuando dibujan.
Como un juego
Si quiere descubrir alguna situación específica de su niño, pídale que se dibuje a sí mismo, que ilustre cómo es la escuela, que exprese cómo es la casa donde lo cuidan o cómo se siente cuando está con un familiar.
“Usted le tiene que decir, luego de haber jugado: ‘ahora dibujemos, voy a pintarme yo y usted se pinta. Ahora yo voy a pintar a su hermano y al abuelo y la escuela, pero usted también”, dijo doña Ingrid a manera de ejemplo sobre la forma de proceder.
Si nota algo raro en los dibujos, debe preguntarle qué significa.
“Por ejemplo, usted le dice ‘qué linda le quedó esa familia, precioso dibujo, pero esta parte no la entendí, ¿qué quisiste decir?’. Si ha habido esa relación de confianza, el pequeño lo cuenta. Si no se debe ir trabajando poco a poco, un día se pregunta por una cosa, el segundo día por otra cosa. Sin amistad, el proceso es más lento y a veces no se puede completar”, detalló.
Dio un ejemplo que le sucedió hace años con un caso.
“Un niño dibujó a papá y a mamá, pero a la mami la hizo sin brazos. Le dije ‘qué lindo te quedó ese dibujo, pero, ¿no crees que hace falta algo? El niño me dijo que si era por los brazos de la mamá y le respondí que sí y me dijo: ‘es que quisiera que mami no tuviera brazos porque me castiga muy fuerte”.
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En otra ocasión, dijo, un pequeño le dibujó cuando el primo lo tiraba al piso en una casa chiquita y luego dos niños corriendo.
“Eso son signos de que ese niño puede estar siendo abusado, él quiere escapar, pero la casa se le hace tan pequeñita que no puede”.
Si usted cree que hay algún indicio de que algo malo ocurre, consulte con un experto porque las interpretaciones de los dibujos deben venir de una persona calificada y estudiando las circunstancias. Cada caso es único.
Ingrid recordó otro episodio. Fue la vez que le dijo a un pequeño que si pudiera ser algo distinto a una persona que lo dibujara. Hizo un bus y me explicó: “Mi papá no vive con nosotros y entonces mami es solita y trabaja y cuando se va a trabajar me deja solo. Me deja el almuerzo y yo lo caliento en el micro y luego hago la tarea. Pero después me aburro y me voy a dar vueltas, como los buses que pasan por el barrio. Por eso soy un bus”.
Afine el ojo
María Esther añade que la base de sus consultas con niños es el juego y el dibujo porque son muy reveladores.
“Lo primero que le digo es que me haga un dibujo de él, de la familia y uno como terapeuta se queda para ver los trazos y escuchar el discurso (lo que el niño cuenta).
“Un niño que dibuja una pistola para matar al papá, no quiere decir que lo quiere matar, solo expresa que tiene ira por alguna situación”, detalla.
Cuando es un dibujo escabroso, usted le debe preguntar al pequeño, con mucho respeto, qué significa.
Flores añade que el dibujo es parte de un diagnóstico que debe ir acompañado de otros signos como cambios de humor, de comportamiento, cambios en la forma de dormir o si tiene pesadillas.