Doña Lidieth Jiménez encontró en el senderismo la cura para superar una de las situaciones más difíciles de su vida y en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer destacamos su fuerza y entereza para sortear los diferentes obstáculos que se le han presentado en su vida.
Las caminatas le han dejado a esta señora más que salud, muchísimos amigos, mucha paz interior y Jiménez, de 68 años se siente muy satisfecha de todo lo que ha logrado, gracias a esta actividad.
“Como mujer, me siento muy orgullosa, porque no solo me logré levantar de un evento en mi vida que fue muy difícil, sino que también logré encontrar la tranquilidad, mucha sororidad, me siento muy plena”, afirmó esta vecina de Tibás.
Su amor por las montañas hizo que esta tica llegara en abril del año pasado al Campo Base del monte Everest, a una altura de 5.364 metros sobre el nivel del mar y en este momento se está preparando para hacer maletas y ascender al campo base del monte Annapurna, que también se localiza en Nepal.
LEA MÁS: Supermamá tica de 69 años nos cuenta cómo subió Kilimanjaro, el pico más alto de África
“Me siento como una carajilla de 20 años, he subido 10 veces el Chirripó, llegué a la cumbre del cerro Kamuk en Talamanca (3.554 metros), hice El Camino a Costa Rica y la felicidad de llegar a lo más alto de una montaña no tiene precio.
“Mi primera vez en el Chirripó fue antes del evento más traumático de mi vida y pensaba cómo si tenía el peso que tenía, logré subir esa cumbre y cada vez que tengo un problema, lo veo como una cumbre más que puedo dominar con paciencia, hacerla mía. Mis problemas los he resultado con mucho esfuerzo, pero que al final uno ve satisfacción en eso”, afirmó esta valiente señora.
Valiente
Doña Lidieth comenzó en el senderismo cuando tenía 54 años.
En medio de sus circunstancias difíciles se dedicó a sacar una empresa al lado de sus hijos. Recordó que un día se sentía sola y vio en el periódico un artículo sobre caminatas y se anotó.
“Recuerdo que el artículo hablaba de una advertencia sobre estafas con caminatas, pero llamé y me apunté y lo peor que podía pasar era que no llegara nadie a la caminata. Pero la logré hacer, era al Monumento Nacional Guayabo.
“Pese a ser mi primera vez fue muy amena y fue un amor a primera vista y siempre digo que sí existe porque me enamoré. No es la caminata más linda que he hecho en la vida, pero me dejó muchas cosas muy lindas”, recordó.
Esta primera experiencia le ayudó a ir tomando condición física y poco a poco se iba planteando recorrer cerros con mayor dificultad. Doña Lidieth confesó que el estar en las montañas la desconecta, la pasa tan bien que quiere regresar de inmediato a una nueva montaña.
“Costa Rica está llena de cataratas y hay otros lugares lindísimos, pero si no las camina, no las pueden ver. Hace cinco años me operaron y hace dos me fracturé en Pico Blanco y por eso tuve que parar un poco, pero no me he detenido en visitar diferentes montañas dentro y fuera del país.
LEA MÁS: ¡Sí se puede! Señora de 76 años llegó a la cima del cerro Chirripó y nos contó su experiencia
“Recuerdo que la primera internacional que hice fue al Volcán Barú en Panamá (3.474 metros) fue ruda, la gente piensa que al ser bajita es fácil, pero la subestimé. Hice también el camino a Santiago de Compostela, de Francia a Santiago, un recorrido por 5 días. Al inicio decía que iría a una montaña por mes y luego fui paseando cada 15 días”, agregó.
Empoderada
El 25 de marzo del año anterior, Jiménez inició el camino hacia el Campo Base del Monte Everest. El recorrido tardó 12 días, 8 para subir y 4 para bajar.
“Íbamos en grupo y también acudí con otras dos adultas mayores. La pasé muy bien, tuve la suerte de ir con un grupo de gente maravillosa y cuando llegábamos a algún lugar hacíamos una parada a descansar y veíamos bailes.
“Cuando llegué al campo base me sentí muy contenta, satisfecha, porque nos reconocían que pese a mi edad estaba haciendo cosas que generalmente hace gente muy joven”, afirmó.
Para Lidieth, llegar a una parte de la montaña más alta del mundo es la cereza en el pastel para un senderista.
“Es una caminata muy larga, hermosa. Lo que motivó a hacer este viaje fue ir por más y cuando dejé el campo base dije ‘no caminaré más a este nivel”, pero precisamente el próximo 25 de marzo comenzaré el recorrido para llegar al campo base del Annapurna, que también se localiza en Nepal.
“Esperamos comenzar la travesía el 29 de marzo y finalizamos el 11 de abril, si todo sale bien. Creo que está llegando la hora de hacer las cosas más suaves, pero mientras pueda seguiré buscando montañas, porque me apasiona”, destacó.