Richard Vargas Loáciga tiene 52 años, nació en el puritico centro de San Jerónimo de Desamparados, estudió en la escuela Naciones Unidas, el Colegio Salesiano Don Bosco y gracias al taekwondo conoció otros países y descubrió un mundo de deporte y disciplina que convirtieron en sus pilares hasta el día de hoy.
Es cinta negra con segundo dan. Si bien se retiró competitivamente hace 20 años, lo aprendido, ganado y entrenado no se van jamás. Él mismo explica que fue un niño muy chineado y que por ahí pudo arrancar el problema de lenguaje que desarrolló y por el cual tuvo grandes barreras para hacer compañeritos en la escuela y el colegio…hasta que llegó el taekwondo.
Un compañero del cole le recomendó hacer taekwondo para que no lo molestaran por su forma de hablar y desde el primer día que fue a entrenar entendió que eso era lo que necesitaba, no para armar pleitos sino para armarse una vida de éxito.
“El taekwondo fue para mí un gran cambio mental, me ayudó a construir nuevos valores, a madurar y a romper barreras mentales. Aprendí con el deporte a soñar en grande, es que salí bueno para el taekwondo y por eso viajé mucho: México, Nueva York, Centroamérica toda, otros destinos de Estados Unidos, en fin, crecí mental, física y deportivamente.
“Al igual que una cinta negra no se logra de la noche a la mañana, aprendi a proponerme objetivos a mediano y largo plazo y eso me hizo plantearme una pregunta ¿qué quiero ser en el futuro? Porque estaba en el colegio cuando conocí el taekwondo”, reconoció don Richard.
Cajero
Logró una beca deportiva, pero no era mucho dinero, eso lo hizo reconocer que no había problema en seguir con el deporte, pero urgía de preparación académica. A los 20 años comenzó a dar clases de taekwondo a niños y adolescentes, pero pronto encontró que a los adultos mayores también les gustaba ese deporte; sin embargo, las clases no le dejaban suficiente dinero.
Un señor al cual le daba clases de taekwondo le ayudó a entrar a trabajar medio tiempo en el Mas X Menos de Tibás. No podía más porque estaba en la selección nacional y ocupaba entrenar tres veces al día.
“Me convertí en el segundo hombre cajero en ese Mas X Menos de Tibás, incluso tuve que hacer una prueba para ver si calificaba porque solo había mujeres en aquel entonces. Entré a trabajar el 1 de marzo de 1991 como cajero porque gané la prueba.
“Después de un año trabajando iba a renunciar porque ya tenía un ahorro e iba a seguir con el deporte de lleno, fue ahí cuando me ofrecieron una oportunidad en oficinas centrales de Mas X Menos, ya que tenía estudios de Administración de Empresas y así me quedé otro año. Nuevamente iba a renunciar.
“Me ofrecieron otro puesto y así fui avanzando en la empresa. Llegué a asistente de gerencia y para prepararnos nos pasaban por todos los puestos, uno de esos era en pescadería y cuando salía me montaba al bus y las señoras me ofrecían perfume para quitarme el olor a pescado”, recordó don Richard con alegría.
Vicepresidente
Aquel cajero de 1991 siguió avanzando, llegó a subgerente, administrador de categorías de frutas y vegetales, director del departamento de Perecederos para Centroamérica y cuando Walmart compró Mas X Menos lo dejaron como gerente de categoría, pero él se enfocó, como lo hacía en el taekwondo, en lograr el puesto de director de perecederos para Centroamérica… ¡y lo logró!
Cuando apareció la oportunidad para director comercial de El Salvador, ni lo pensó dos veces. Ya él conocía el país gracias al deporte. Como dio muy buenos resultados volvió a Tiquicia como director del área de Nuevos Negocios, después estuvo en Guatemala y en eso le tocó apostar y en grande.
“Apareció la oportunidad de ir a un fuerte entrenamiento a México, pero al volver no había garantizada una plaza. Con el apoyo de mi familia me fui jugándomela el todo por el todo y tras ese entrenamiento me dieron el puesto de director de Operaciones del Formato de Bodegas.
“Tiempo después volví a El Salvador como director de Operaciones Descuentos y Bodegas, demás, me dieron la gerencia del país. Pasados tres años me invitaron a volver a Costa Rica como vicepresidente de Operaciones para México y Centroamérica”, explica el taekwondista.
Premio
El semanario El Financiero, le entregó a Palí y Maxi Palí el premio Crecimiento del Año, fue recibido por uno de los principales responsables de ese crecimiento, don Richard. Se eligieron ambos supermercados porque según El Financiero, 4 de cada 6 supermercados de Walmart en el país son Palí y 1 de cada 6 es Maxi Palí.
“Realmente no me esperaba el premio. Me sorprendió mucho. Nosotros logramos entender el cambio en los gustos y preferencias de los clientes y nos hemos adaptado a ellos”, reconoce.
Cuando sentado en la silla de vicepresidente se acuerda de aquel muchachillo que inició como cajero, nos recomienda: “Todos tenemos metas, yo incluso tengo metas para cuando llegue a los 70 años. Tiene que haber claridad en esas metas: unas a corto, otras a mediano y otras a largo plazo.
“Las metas son la gasolina que nos motiva, nos activa ¿qué quieres lograr en todos los campos de la vida? La respuesta debe ir de la mano de saber qué se necesita para llegar a las metas y prepararse. No solo se ocupa músculo, es necesaria una mezcla de músculo, cabeza y corazón. No solo basta con levantarse temprano y esforzarse, hay que alimentar la mente y hacer las cosas con el corazón”, recomendó.