Mónica Castro Naranjo se enamoró del ballet a primera vista a los cuatro años cuando lo vio por primera vez y desde ese momento nunca más ha podido separarse de esta danza que cada día le gusta más.
Esta joven es de San Antonio de Desamparados, ahora tiene 19 años y baila ballet desde hace 15. Viene de una familia de trabajadores a los que no les sobra, pero tampoco les hace falta nada. Se graduó de la escuela República de Panamá y del Liceo de San Antonio de Desamparados.
Actualmente, estudia en el Tecnológico de Costa Rica (TEC), Administración de Empresas y le toca jugársela con el tiempo como le ha tocado siempre en un país en el cual, el ballet casi ni se conoce.
Por eso no tiene un solo profesor en el TEC que le acepte una justificación de ausencia a clases por estar bailando ballet, incluso si se trata de una presentación oficial y con todas las de la ley. Así ha sido siempre para ella cuando se mezcla la danza que ama con el estudio.
Lo acepta, no discute y lo supera como lo ha hecho siempre, dando el máximo para ganarle tiempo al tiempo.
Vida de ballet
“Desde que tengo memoria, bailo ballet, mis papás (Alejandra Naranjo y José Castro), siempre buscaron que hiciera algún deporte o practicara algún arte, además de estudiar, por eso en su recorrido tocó flauta traversa y fue porrista. Las dos cosas le encantaron, pero pudo más el ballet.
Con cuatro añitos comenzó en la Academia Magnificat que estaba en Desamparados, tres años después pasó, siempre en Desampa, a la Academia Layin Sing. En el 2014 llegó al Ballet Juvenil Costarricense cuando tenía su sede en Zapote, ahora está en Guachipelín de Escazú.
“El ballet es una forma de vida. La disciplina es fundamental. Siento que donde me he sentido menos comprendida como bailarina de ballet es con las amistades, que por entrenar no puedo ir a reuniones o salidas al cine y me piden que falte a entrenar y siempre digo que no, porque al ballet no se puede faltar.
“También me pasó siempre en los estudios, ahorita estoy en el TEC y ya asumí como una realidad de mi vida que es imposible que me justifiquen una ausencia por el ballet, por eso decidí sacrificar la carrera en el TEC, voy más despacio y así no me choca el estudio”, explica la desamparadeña.
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La decisión parece fácil, pero es bien difícil, porque lo que hizo fue recargarse con el TEC, va solo martes y miércoles, pero el martes va de 7 a.m. a 5 p.m. y el miércoles de 7 a.m. a 7 p.m. Los jueves y viernes entrena de 10 a.m. a 1:30 p.m. y los sábados de 1 a 5 p.m.
Gran apoyo
Reconoce la bailarina, que gracias a la beca que recibe del Ballet Juvenil Costarricense es que ha podido mantenerse bailando. La beca le cubre los pagos mensuales (de la academia) y vestuarios. A la familia le tocan las zapatillas, el transporte y las mallas, entre otros gastos.
“No somos una familia de millonarios, de hecho, somos una familia muy normal desamparadeña. Sí se puede bailar ballet si se llega al lugar correcto y una se rodea de las personas correctas. Eso fue lo que me pasó. Por dicha, porque el ballet es la pasión de mi vida”, reconoce Mónica.
En su tiempo libre le encanta irse a refugiar a Santa María de Dota, donde vive una tía, porque es como desconectarse de la rutina diaria y conectarse directamente con la naturaleza, de hecho, no olvida las épocas en que cogió café en el terrenito de los tíos.
Gran presentación
Desde el pasado 1 de enero, Mónica está ensayando durísimo porque como parte del inicio de su temporada 2024, el Ballet Nacional de Costa Rica (BNCR) presentará “Estrellas del Siglo XXI: Ballet Espectacular”, el 16 y 17 de marzo en el Teatro Mélico Salazar.
Nos cuenta la bailarina que es un espectáculo donde la gente disfrutará en una misma noche, de los representativos ballets de “La Bayadère” y “La Bella Durmiente” entre otros más del repertorio clásico internacional y contemporáneo.
Viviana Clare, directora ejecutiva de BNCR, afirma que este será un espectáculo único, en el que los asistentes vivirán los momentos más emblemáticos del ballet clásico y contemporáneo.
Esta puesta en escena estará conformada por más de diez bailarines de Gulfcoast Studio Company, quienes han sido galardonados con múltiples premios internacionales. Y del Ballet Nacional de Costa Rica participarán también diez bailarines profesionales, entre los que está Mónica.
Para aquellos que deseen asistir a este maravilloso espectáculo y no perderse de la oportunidad única de ver a dos grandes compañías juntas en escena, pueden comprar sus entradas por medio de https://www.specialticket.net/
Clare explica que: “esta iniciativa refleja nuestro compromiso con el crecimiento y el fortalecimiento del ballet en Costa Rica, situándonos progresivamente en el ámbito internacional”.
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El Ballet Nacional de Costa Rica, fue fundado en el 2018 con la misión de profesionalizar la danza y elevar el nivel del ballet en Costa Rica al máximo nivel.