Cristina Rojas recuerda aún con dolor el día en que, mientras dormía, unos desalmados le vaciaron sus cuentas bancarias y le quitaron la platica que tanto le había costado ahorrar para tratarse un problema de columna.
Su historia es un vivo ejemplo de que una estafa bancaria le ocurre a cualquiera, ya que no dio a nadie datos personales, cuentas, contraseñas, ni siquiera recibió una llamada telefónica, simplemente los ladrones se las ingeniaron para ingresar a sus cuentas y le sacaron el dinero.
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Ella es vecina de Zapote y narró cómo el 22 de mayo del 2021 la vida le dio un golpe durísimo.
“Fue en la madrugada, yo estaba durmiendo, no me di cuenta de nada, no recibí notificaciones de ningún tipo, tampoco mensajes, sino que cuando me levanté y me fijé en mi cuenta bancaria vi que no tenía nada. Me quitaron ¢1.800.000 de la cuenta del Banco Popular.
“Fui al banco y de ahí me mandaron para el Organismo de Investigación Judicial, me recibieron la denuncia. En el banco me dijeron que tenían tres meses para responder y me mandaron un machote en el que decía que yo le había dado el usuario y la contraseña a alguien y que era responsable de lo que había pasado, cuando en realidad yo estaba durmiendo cuando eso pasó, no me di cuenta de nada”, expresó.
A estas alturas doña Cristina no ha recuperado ni un solo cinco y lo único que se ha llevado son colerones, porque el OIJ trasladó el caso a la oficina de San Carlos luego de determinar que desde allá era que le habían quitado la plata.
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“Hicieron el juicio y todo sin notificarme, nada más me llamaron para decirme que ya estaba la resolución lista y que la jueza había dicho que la persona a la que le transfirieron mi dinero no estaba vinculada con los maleantes y entonces cerraron el caso”, dijo indignada la mujer.
“Indiferentemente que sean cien colones o millones, es el dinero de uno, yo lo tenía para un tratamiento médico, había ahorrado porque tengo un problema serio en la columna y me iba a hacer un tratamiento rico en plaquetas, parte de esa plata era de mis prestaciones porque ya estoy pensionada”.
Profesora vive endeudada
Gina Sibaja Quesada también sufrió una estafa bancaria, unos maleantes le sacaron de su tarjeta de crédito $14 mil (más de ¢10 millones) y debido a eso paga, mes a mes, la deuda que le dejaron.
Ella vive en La Unión de Cartago y es una de las integrantes del grupo “Gente Estafada en los Bancos de Costa Rica”.
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Su caso fue muy particular, ya que ella es educadora universitaria en la UCR y politóloga, y le pidieron que se inscribiera en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop) para participar en un proyecto con la UNED y cuando estaba haciendo el trámite la estafaron.
“Estaba tratando de inscribirme en el Sicop, nunca había entrado a esa plataforma; el día que lo hice no pude inscribirme y al día siguiente me llamaron y me dijeron que me estaban contactando del Sicop, tenían todos mis datos y me dijeron que me podían ayudar para inscribirme, les dije que en ese momento estaba ocupada y unos tres días después los contacté por WhatsApp para pedirles la orientación.
“Ellos me llamaron y me dijeron que revisara mi correo electrónico y me dijeron que tenía que blindar mis cuentas bancarias. Entraron a mis cuentas del Banco Nacional, donde he tenido una tarjeta de crédito por mucho tiempo, se metieron a mi tarjeta que ha estado limpia siempre, y empezaron a hacer créditos de extrafinanciamiento cada media hora, nunca recibí notificaciones que me alertaran.
“Luego me dijeron que debía blindar también una cuenta de Credomatic, pero ese banco sí me hizo la notificación y me alertó de la situación. Todo eso ocurrió en marzo del 2022; puse la denuncia en el OIJ y no ha pasado absolutamente nada”, contó la afectada.
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Reforzar seguridad
Un proyecto de ley que fue presentado este martes en la Asamblea Legislativa tiene mucho que ver con este tema y pretende obligar a los bancos a blindar las cuentas de sus clientes para que no ocurran estafas.
El diputado liberacionista Óscar Izquierdo, dijo que la iniciativa de ley es un llamado de atención a las instituciones financieras.
“Nosotros buscamos que los ciudadanos tengan una garantía de que su dinero está debidamente resguardado en un banco. La cantidad de estafas que se han generado en los últimos tiempos ha sido enorme; solo del 2020 al 2021 subieron un 46%; en el 2022 se reportaron más de siete mil personas estafadas.
“Cuando se da una estafa de este tipo los bancos obligan a los ciudadanos a presentar la documentación. Deben ir primero a presentar la denuncia al OIJ, después deben presentar una serie de requisitos en el banco, demostrar que el dinero estaba en ese banco, cosas como demasiado ilógicas”, manifestó el legislador.
Izquierdo dice que con el proyecto de ley los bancos estarían obligados a buscar las alternativas tecnológicas necesarias para blindar la plata de sus usuarios y que así nadie se vea estafado.
El proyecto de ley especifica además que: “la entidad financiera bancaria, ya sea pública o privada, que tenga bajo custodia los ahorros o cuentas del consumidor, tendrá responsabilidad objetiva solidaria por el daño o las pérdidas materiales o económicas que se le generen a la persona usuaria y deberá indemnizar los daños y perjuicios generados cuando esta se vea perjudicada por la sustracción de dinero o el patrimonio de sus cuentas, aunque esto provenga de un tercero ilegítimo, siempre que este no se encuentre autorizado por el cliente”.