En las últimas horas salieron a la luz varios reportes de la Defensoría de los Habitantes, en los que los migrantes deportados por Estados Unidos, denuncian malas condiciones dentro del Centro de Atención para Personas Migrantes (CATEM), en Corredores, Puntarenas.
Entre las denuncias se menciona un trato discriminatorio, camas que no cuentan con colchonetas, calores insoportables y hasta una violación al derecho de libertad de facto.
Tomando en consideración que Costa Rica ha firmado convenios internacionales que protegen los Derechos Humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o, la Convención sobre los Derechos del Niño contra la detención arbitraria, este tipo de acusaciones son gravísimas.
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En La Teja conversamos con Steven Seas, abogado migratorio, para saber cuáles podrían ser las consecuencias de estas acusaciones y si, el país está metido en un broncón.
Y lo primero que hay que entender es que, no importa el tamaño de la denuncia, el país está en la obligación de investigar a fondo.
“Estamos en un país de derecho, entonces una vez hecha la denuncia, tienen que cumplirse los trámites administrativos, para comprobar si son reales o no.
“En Costa Rica todo este proceso es muy supervisado por organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o la Corte Interamericana”, explicó.
Ahora, ¿qué pasa si se comprueba que se violentaron los derechos de estos migrantes?
“Es un problema sumamente grande, si estas personas interponen las denuncias y tienen las pruebas reales de lo que sea que está sucediendo.
“Si realmente se logra comprobar y, si la persona desea llevarlo hasta esas instancias, podemos ser condenados en cortes internacionales. Las sanciones van desde lo penal, hasta lo administrativo, incluso pueden ser económicas como resarcimiento personal, pero todo va a depender de la gravedad de los hechos”, agregó el experto.
Sobre cuánto tiempo pueden durar estas investigaciones, Seas fue muy claro.
“Si todo el estado y el aparato estatal entran a proteger a esa persona mientras se resuelve el proceso de violación, se dura lo que tenga que durar, porque no sabemos si realmente sucedió o no”, agregó.
“Puede ser muy rápida, pero va a depender de cada entidad, los tiempos de procesamiento y cuál es la denuncia en específico”.
No obstante, el abogado calmó las aguas asegurando que este tipo de denuncias son normales en este tipo de proceso, pero eso no quiere decir que haya que tomarlas a la ligera.
“No es la primera vez. Cuando pasaban los buses con africanos, muchos reclamaban que el bus no tenía aire acondicionado, por ejemplo. Y sí, tienen razón, pero eso no es tortura como tal”.
“Ahora, por supuesto, no sabemos qué está pasando, realmente, adentro, pero el tiempo lo dirá”, concluyó.