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Deje atrás sus problemas y preocupaciones con el programa “Venga y hable conmigo”

En la diócesis de Tilarán-Liberia nace el programa “Venga y hable conmigo” para escuchar y apoyar los que necesitan ayuda

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En medio de la pandemia, el diácono Francisco Venegas Castro, junto a 14 voluntarios de la diócesis de Tilarán-Liberia, arrancaron el programa “Venga y hable conmigo”, el cual nace con el respaldo de monseñor Manuel Eugenio Salazar, cuando se dieron cuenta de que había muchas personas que necesitaban ser escuchadas y que deseaban desahogarse.

En los parques de los pueblos; en dos sillas, frente a frente; cuidando los protocolos necesarios; se levantó un pequeño “refugio” para conversar sobre las situaciones de la vida: en un espacio de privacidad y con voluntarios atentos a escuchar para brindar ánimo y consejos.

En medio de la pandemia el diácono Francisco Venegas Castro y 14 voluntarios más de la diócesis de Tilarán-Liberia, arrancaron el programa “Venga y hable conmigo”, el cual nace de la mano de monseñor Manuel Eugenio Salazar
Venga y hable conmigo recorre todas las iglesias de Guanacaste. (Cortesía)

Cuando el diálogo comienza, los voluntarios siempre dicen: “Este es un espacio para escuchar, sin juzgar; no tengo ningún interés personal porque mi prioridad es cuidarte; lo que conversamos, se queda aquí; lo único que espero es que obtengas el mejor provecho”.

Don Francisco, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Tilarán-Liberia, recordó que un día, por ahí del 2020, se sentó con monseñor Salazar porque les preocupaba mucho las consecuencias negativas causadas por el encierro debido al covid-19, ya que aisló y distanció a muchas familias.

“Entendimos que había mucha gente que sufría emocionalmente por la pandemia y una gran mayoría de esos que sufrían no tenían con quien hablar, por eso, decidimos rescatar la vieja tradición de los pueblos cuando la gente se sentaba en los parques a hablar, de lo que fuera, simplemente hablar, escuchar y ser escuchados y eso les ayudaba mucho emocionalmente.

En medio de la pandemia el diácono Francisco Venegas Castro y 14 voluntarios más de la diócesis de Tilarán-Liberia, arrancaron el programa “Venga y hable conmigo”, el cual nace de la mano de monseñor Manuel Eugenio Salazar
Monseñor Salazar también se apunta a colaborar con Venga y hable conmigo. (Cortesía)

“Recordamos las palabras del papa Francisco sobre una ‘una iglesia abierta, una iglesia para afuera, para la gente y la gente más necesitada’ y así fue como nació Venga y hable conmigo”, explica el diácono.

Nació exitoso el programa

En el parque, la plaza, el gimnasio, en el lugar que sea que se ponga el rotulito con la frase “Venga y hable conmigo”, la gente llega con el fin de desahogarse.

“Recuerdo a un matrimonio que tenía problemas y yo estaba con el rótulo, así que se me acercaron y de la mano con otros compañeros de la pastoral, les pudimos ayudar. Eso nos alegró demasiado”, recordó.

En medio de la pandemia el diácono Francisco Venegas Castro y 14 voluntarios más de la diócesis de Tilarán-Liberia, arrancaron el programa “Venga y hable conmigo”, el cual nace de la mano de monseñor Manuel Eugenio Salazar
En un parque, una cancha, en media calle o en un gimnasio, donde sea se escucha a quien ocupa. (Cortesía)

Al programa le ha ido tan bien que ya se unió la sicóloga Vivian López, quien nos dice: “Venga y hable conmigo es una excelente oportunidad para que las personas se acerquen y puedan expresar todo aquello que piensan y sienten acerca de las situaciones que viven diariamente, es un lugar seguro, en donde recibirán una mirada, una palabra, un abrazo, una sonrisa de solidaridad y empatía.

“Hoy, estos espacios de escucha y vinculación son sumamente necesarios. En un mundo tan cibernético, necesitamos conectar con otros física emocional y espiritualmente”.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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