La comunidad estudiantil del Colegio de Santa Ana está chiva porque no ha iniciado el curso lectivo y tres perritos que permanecen en la institución serían “expulsados” a partir de este 9 de febrero.
Charly, Mireya y Toby son los peluditos que tienen varios años de convivir en el colegio. Desde el 2019 ha habido un debate porque algunas personas desean que las mascotas dejen el colegio y a finales del año pasado la junta administrativa decidió dar en adopción a las mascotas, o enviarlas a una albergue.
Esta historia suma un nuevo capítulo porque desde mediados del 2023, cuando el Servicio Nacional de Servicio Animal (Senasa) visitó el colegio y giró una serie de recomendaciones para velar por la calidad de las mascotas.
La junta que estaba en ese momento tomó la decisión de dar en adopción a los canes y los nuevos miembros de la junta, que asumieron funciones en enero, ratificaron el acuerdo. Se dio prioridad para que las mascotas fueran adoptadas por profesores y pusieron de plazo del 10 de enero al 9 de febrero.
La novela
El año anterior, el Programa de Alimentación y Nutrición del Escolar y del Adolescente (Panea) del MEP llegó al colegio, luego de una denuncia relacionada con la cantidad de becas de alimentación que le dan a los alumnos.
Los funcionarios de Panea vieron que los perros entraban al comedor y pidieron que los soltaran a partir de la 1 p. m., cuando los jóvenes se habían alimentado.
A las aulas. Más de 1.500.000 estudiantes volverán a las clases este jueves en todo el país. Las clases finalizan el 13 de diciembre.
“Empezó a hacerse así, a veces los soltaba yo, a veces los soltaban algunos estudiantes y un día un guarda me dijo que no podía soltarlos y lo hacían hasta las 4 p. m., prácticamente pasaban encerrados todo el día”, dijo una docente, que pidió no ser identificada.
Debido a que los perros pasaban más tiempo encerrados, se puso una denuncia y el Senasa visitó la institución. Según dos documentos, de los cuales La Teja tiene copia, luego de las visitas se ordenó al colegio aplicar una serie de medidas.
En la primera orden sanitaria, con fecha del 26 de junio, el Senasa revela que en ese momento había cuatro mascotas (Shakira, falleció semanas después), los perros están hacinados y pide que se saquen a caminar con correa, para que hagan sus necesidades fuera de la jaula. Además, pidieron una certificación del estado de salud de los peludos.
En la segunda, Senasa apunta a que la junta del colegio aún no ha determinado quiénes van a pasear a los perritos.
En esta orden, del 25 de julio, Senasa pidió que debían presentar un plan para ver quiénes iban a pasear los perros. Pidieron contar con un lugar donde almacenar el alimento. Pero no dice que se deben deshacer de los perros.
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Según esta profesora, la junta alegó que no tiene plata para contratar a una persona que se haga cargo de pasear a los perros, cada dos horas, y por eso y con el concejo de profesores determinaron que lo mejor era dar los perros en adopción.
“Yo no estoy en contra de que den los perros en adopción, pero llevarse a los perros no es fácil, son seres vivos y merecen vivir en buenas condiciones. Ellos ya están grandes y han pasado toda la vida en el colegio, tememos que se saquen del colegio y vayan a fallecer”, afirmó.
Se oponen también
Jean Carlo Tellez forma parte de la junta administrativa recién nombrada y votó en contra de ratificar el acuerdo de la junta anterior.
“Me opongo, porque los perros ayudan en la convivencia con los estudiantes y nunca se han dado incientes. Eso ayuda a la formación de los estudiantes. Son perros adultos y han estado toda la vida en el colegio.
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“La junta sí puede destinar parte del presupuesto para el cuido de los perros, pero la junta anterior no quiso hacerlo así. Una compañera dice que el Senasa estableció que los perros no deben estar ahí y eso no es cierto, yo leí los documentos y no dicen nada de eso”, aclaró.
Su decisión la respalda Aarón, un estudiante del colegio que dice desconocer el acuerdo de la junta y lo que establece Senasa, pues ellos no han sido informados.
“Nos oponemos porque tenemos años de convivir con los perros, son adultos mayores. Pedí una audiencia, pero no me han han respondido y aseguran cosas que Senasa estableció que no son ciertas”, destacó.
Junta se defiende
Sergio Jiménez, vicepresidente de la junta directiva actual, comentó que la junta se apega a lo que establece el reglamento y el manejo de dineros deben hacerlo en el marco de la legalidad.
“No tenemos ni los recursos económicos, ni podemos contar con las personas que están a cargo de la junta (cocineras, encargado de mantenimiento, de proveeduría) para pedirles que paseen a los perros, porque tienen sus funciones establecidas.
“Los perros no forman parte de la comunidad, son los estudiantes, pero no tenemos ni la autoridad legal para poder usar los fondos en otras cosas que son la de la comunidad estudiantil. No tenemos nada contra los animalitos, pero a este nivel tenemos que velar porque los recursos se manejen adecuadamente”, dijo Jiménez.
Teresita Campos, presidenta de la junta, afirmó que la decisión de la junta no se puede revalorar.
“El colegio es una institución pública y no puede haber mascotas, no es que no tengamos apertura, no es que no queramos a los animales, ojalá encontrarámos a alguien que se los lleve juntos”, expresó.