Este 9 de marzo es el primer domingo de Cuaresma. Este es un tiempo litúrgico de la iglesia católica, en el cual los creyentes se deben preparar para la gran fiesta de la Pascua.
Es una época para el arrepentimiento sincero de los pecados, para que así llegue una transformación pura que nos permita ser mejores seres humanos para poder convivir más cerca de Jesucristo, y así dejarlo que viva en el corazón de cada creyente.
La Cuaresma dura 40 días. Se inició el pasado 5 de marzo con el Miércoles de Ceniza y termina antitos de la misa de la cena del Señor del Jueves Santo. La iglesia católica utiliza en este tiempo el color morado, que significa luto y penitencia. Son días de reflexión y conversión espiritual.
LEA MÁS: Los diáconos son los servidores humildes al servicio del pueblo
“Los tres pilares de la Cuaresma son: ayuno, abstinencia y generosidad. Esta última se refiere al perdón sincero que se debe tener con el prójimo. Al poderse acercar más a Jesucristo, el católico experimenta ese amor por su hermano que lo debe llevar a la fraternidad.
LEA MÁS: ¿Por qué María y José llevaron dos tórtolas cuando presentaron a Jesús en el templo?
“La oración permite vivir cerquita, en constante comunicación y unidos a Cristo y su sacrificio en la cruz. El ayuno y la abstinencia se viven todos los viernes de Cuaresma”, explica la página oficial del Vaticano en Internet.
Es obligatorio el ayuno entre los 18 y 60 años; consiste en solo hacer una comida fuerte al día. La abstinencia se refiere a no comer carne y es obligatoria desde los 14 años.
Monseñor José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada, explica: “La Iglesia nos ofrece este tiempo como una oportunidad para cambiar de camino.
“No se trata de pequeños sacrificios externos ni de gestos simbólicos sin profundidad. La Cuaresma es una revolución interior, un desafío a nuestro conformismo. Nos pide algo radical: abrir de verdad el corazón a Dios y poner en práctica la fe sin excusas”.
Monseñor Garita agrega: “El que no comparte su pan con el hambriento, ¿cómo puede decir que confía en la providencia de Dios? El que no se reconcilia con su hermano, ¿cómo puede esperar ser abrazado por la misericordia divina? El que no visita al enfermo, al preso, al abandonado, ¿cómo puede hablar de un Dios que nunca nos deja solos?”.
LEA MÁS: “Con Dios en mi corazón pude perdonar a quienes casi me matan”
Para esta Cuaresma 2025, los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica piden a los creyentes que se agarren duro de la esperanza, porque con ella “podemos iluminar todas las realidades difíciles de la vida”, aseguran.