En el país están de “moda” los huecos... Donde quiera que usted vaya encontrará cráteres de todos los tamaños y colores.
Es común que los choferes que siguen a diario una misma ruta se aprendan el lugar en el que está cada hueco y logren esquivarlo ya casi que en automático, pero cuando “aparece” un hueco nuevo o visitan un lugar que no conocen y se topan de repente con un “cráter”, el que más sufre es el carro.
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¡Hay huecos de huecos! Unos asustan, otros causan colerones, pero los peores son los que golpean hasta el bolsillo. Irse a un hueco fácilmente le puede costar a un chofer de ¢200 mil en adelante.
Gary Naranjo es mecánico y asegura que los huecos han estado presentes en las calles de Costa Rica toda la vida. “Hace como un año me llegó una muchacha con el carro dañado porque se había ido en un hueco y el golpe fue tan fuerte que se le abrió la bolsa de aire del conductor y se quebró la nariz”.
“Los daños más comunes que provocan en los carros son en las llantas. Cuando alguien se va en un hueco puede rajar la llanta y hasta dañar el aro; comprar una llanta sale entre unos ¢30 mil o ¢40 mil en adelante, dependiendo del tipo de carro, el modelo y la marca; y arreglar un aro puede salir de ¢40 mil en adelante”, detalló.
Si estamos hablando de que la llanta es de un Audi o un Mercedes Benz, perfectamente cada una puede costar unos ¢150 mil y un aro original hasta ¢700 mil.
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Adiós tijereta y compensadores
Gary dice que también es muy común que los carros que se vayan en un cráter dañen la tijereta, que es una parte importante de la suspensión que conecta el sistema de dirección con el chasís; también los compensadores o amortiguadores que son las piezas que ayudan a controlar los movimientos bruscos del carro.
Breitner Díaz también es mecánico, su negocio está en San Antonio de Desamparados y coincide con Gary en que esas piezas suelen dañarse mucho cuando los conductores topan con la mala suerte de caer en un hueco.
“El daño del vehículo va a depender mucho del peso, de la profundidad del hueco y hasta de la marca del carro. Un hueco de tamaño mediano podría, además de dañar la llanta, torcer la tijeretas y dañar los compensadores”.
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“Un amortiguador genérico de un carro popular, hablemos de un Corolla, anda como en ¢80 mil cada uno y una tijereta como entre ¢40 mil y ¢60 mil, entonces podemos hablar de que perfectamente el irse en un hueco puede salir en ¢200 mil o más”, explicó.
Breitner dice que le ha tocado recibir clientes que se fueron a un hueco y no solo dañaron una llanta, sino dos, por lo que el costo de la reparación se duplica.
“Me ha tocado ver de todo, carros que se fueron en un hueco y tal vez se les dañó solo una llanta, eso en el mejor de los casos, y otros en los que además de la llanta hubo que cambiarles el amortiguador, la tijereta, una rótula y al final el hueco sale carísimo”, agregó.
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Lluvias alborotan los huecos
Rodolfo Murillo, experto técnico de Autopits, dice que es muy común que cuando llegan las lluvias los huecos “se alboroten” porque el agua erosiona el suelo y hace que se “reproduzcan” por montones.
Además, es frecuente que cuando llueve, el agua tape los huecos entonces los choferes no los ven y caen en ellos... Cuando sienten es que les llega el bombazo.
“Nosotros recibimos hasta dos choferes por día con daños en los carros luego de haberse ido en huecos y sí, las llantas, las suspensiones, las rótulas, las tijeretas y los compensadores son los que más sufren. También hay carros bajitos a los que se le daña el bumper y hay que cambiarle parte de él, eso tiene un costo de entre los ¢100 mil y los ¢150 mil”.
“Hemos visto un aumento en este tipo de situaciones desde finales del primer trimestre de este año y se ha mantenido desde entonces. De los dueños de carros que nos han llegado, dicen que muchos de los huecos que se han topado están en calles del centro de San José como cerca del Paso de la Vaca, la Coca Cola, barrio México, Mata Redonda, entre otros, aunque ahora es sabido que hay huecos por todo lado”, detalló el mecánico.
El gobierno sabe que el estado de las calles es tan malo que hasta declaró estado de emergencia.
“Tenemos alrededor de 3.227 kilómetros que necesitan entrar a reconstrucción. En las etapas de una carretera está la de sellar grietas, que es muy barato, unos $5.000 por kilómetro carril; luego la de fresado y carpeta que es quitarle un pedazo de la capa de arriba que está muy dañado y se lo pone nuevo, que vale como $50.000 y si debe hacer una reabilitación mayor y comerse toda la capa, compactar todo y volverla a poner vale $200.000 y si llego a reconstrucción estamos hablando del millón de dólares en Costa Rica, así que esos kilómetros multiplíquelos por un millón de dólares, es imposible hacer todo eso en un año”, dijo Luis Amador, ministro de Transportes.