“El sildenafil, que es el principio activo del Viagra, ha representado una verdadera revolución sexual en nuestra cultura. En la actualidad es uno de los medicamentos más conocidos sobre el planeta.
“No es para menos, su efecto sobre la erección es sencillamente fabuloso porque permite alcanzar erecciones potentes, firmes, intensas, tan solo unos cuantos minutos después de haberla tomado. Adicionalmente, es un medicamento muy noble y efectivo, al punto que son pocos los pacientes que no pueden ni deben utilizarlo”.
Esos dos párrafos anteriores fueron con los cuales el doctor Mauro Fernández, ginecólogo y sexólogo, comenzó la columna “Muy íntimo”, que publica todas las semanas en nuestro periódico y que el pasado 30 de agosto tituló: “La azul ya no funciona”.
El título, por supuesto, nos llamó la atención y nos paró la peluca, porque no habíamos escuchado que la pastillita masculina para ayudar a levantar la pasión en la cama podía llegar a no funcionar del todo para quienes la estuvieron usando constantemente.
“Cuando existe un fármaco con esas características, se corre el riesgo de utilizarlo de manera indiscriminada; sobre todo, si se consigue fácilmente sin receta médica, tal como sucede en muchos países.
“Se tiende a olvidar que, en realidad, los problemas de erección nos hablan de que existe una enfermedad, una condición o una alteración en el organismo que afecta la llegada de sangre al pene.
“Por eso, el concepto original es prescribir el sildenafil, mientras encontramos y tratamos la causa del problema de erección”, explica el doctor, quien nos respondió varias dudas que teníamos sobre hombres adultos y jóvenes que gustan de tomar la pastillita e incluso sobre mujeres que sienten la curiosidad de probarla.
¿Cuál es el principal problema que le ve al uso de la pastillita “milagrosa” para el sexo?
Un error que se cometió desde siempre es creer que esa pastillita cura o resuelve el problema de la impotencia. Dígale como quiera, disfunción eréctil, problemas de erección, como sea.
Los médicos ni la casa comercial jamás lo dijimos. El tema siempre se ha tratado seriamente como un tratamiento para los problemas de erección, pero la gente lo ha tratado como una curación.
¿Qué hemos enredado en este tema de la pastillita desde su nacimiento en 1998?
Normalmente, el tema es así, el paciente le dice a uno: ‘Doctor, yo con un cuarto de pastilla funciono potente’. La pastilla tiene dos particularidades: no produce dependencia ni produce que se ocupen dosis mayores. Es decir, no provoca que, si hoy te sirvió una pastilla, mañana no sirva solo con una; no, eso no pasa. Eso pasa con los sicofármacos, por ejemplo.
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¿Cuál es el problema entonces?
Es que el paciente que se toma un cuarto de pastillita al año se da cuenta que no le funciona, entonces sube a la mitad, después a una entera y después ya ni con dos pastillas al mismo tiempo funciona en la cama.
Él paciente ha creído desde hace 25 años que así es la pastilla, creyendo que tiene un efecto como los sicofármacos, pero de lo que no se está dando cuenta es que, en realidad, la enfermedad que le está dañando la erección no se lo trató nunca y esa enfermedad va avanzando, como, por ejemplo, una diabetes, hipertensión.
¿Cómo no nos damos cuenta del problema de erección?
Al llegar el primer problema de erección se compra la pastillita. El paciente no sabe que es diabético y resolvió su problema en la cama. La diabetes avanza, va dañando los mecanismos de erección porque esa persona no se trata al estar otra vez poderoso en la cama con su pareja. Así llega, poco a poco, el aumento de dosis, siempre echándole la culpa a la pastilla porque se desconoce la hipertensión o la diabetes.
¿Usamos la pastillita a lo loco?
No tengo datos científicos, pero en estos últimos 25 años he podido confirmar que el 99% de los pacientes que me llegan han tomado la pastillita sin prescripción médica. Siento realmente que sí, se toma sin consultar al doctor solo porque quiero, porque un amigo me la recomendó, se olvida el tratar de entender si el problema de erección es por la tiroides o por un daño en el hígado. Son muchos los órganos responsables de que la erección falle.
Por un tema cultural la mayoría de pacientes se automedica y solo llegan a consulta cuando la enfermedad real que afecta la erección está muy avanzada. En muchos casos ya no hay nada que hacer, otros sí logran recuperar su erección con tratamiento.
¿Es la pastillita solo para adultos mayores como muchos piensan?
Es que un problema de erección del pene no tiene que ver con la edad. La edad no daña la erección, pero vea qué curioso, los años sí dañan la erección. Le explico, usted puede tener 80 años y tener erecciones perfectas, también puede tener 30 años y llevar 10 años arrastrando una diabetes no tratada, 10 años de fumar, 10 años de tomar alcohol ¿me entiende? Los años de no tratarse una enfermedad o tener un vicio sí dañan, la edad no.
¿Le ha tocado tratar jóvenes con problemas de erección?
En estos tiempos que tenemos grandes problemas de sobrepeso en una amplia cantidad de la sociedad, vemos muchachos con 25 años que arrastran problemas de hipertensión y diabetes, también con problemas de erección. ¿Por qué? Porque tiene años de estar gordo, tiene años de ser hipertenso y no se trata. La gente cree que ser joven es ser sano, eso no es cierto.
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Repito, la edad no daña la erección, lo que daña son los años de maltrato que usted le haya dado a su cuerpo al no tratarse una enfermedad o ni siquiera saber que tenía alguna enfermedad.
¿Qué pasa si uno esta sano y se toma una pastillita?
Nada. Esa pastilla no le va a mejorar en nada. Cuando un joven se toma la pastillita y después anda presumiendo que le ayudó a durar más en la cama, ese joven tiene un problema que no se ha tratado. Detengámonos ahí, ojo, le explico, la pastillita no produce supererecciones, devuelve la erección normal. Si usted me dice que se tomó una pastilla y rindió como Tarzán, eso significa que usted está jodido.
¿Es verdad que la pastillita también les sirve a las mujeres?
No. Hablamos de un medicamento hecho para hombres. Eso son cuentos de camino.