El amor no entiende de protocolos y eso quedó muy claro en el Desfile de las Rosas cuando Randall Barquero y Katherine Chavarría explotaron de emoción al ver a su hijo Joseph desfilar con la Banda de Zarcero.
Los papás estaban a la orilla de la calle, como todas las demás personas, esperando el paso de los ticos, pero apenas vieron la banda prácticamente se volvieron locos y se olvidaron de las reglas, se dejaron llevar por lo que les dijo el corazón.
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Katherine contó que vio a la banda cuando faltaban unos 50 metros para que llegara donde ella y su esposo estaban y sin pensarlo dos veces los dos sacaron las banderas de Costa Rica que llevaban y se pusieron a gritar, bailar y hasta a llorar.
Todo el mundo se les quedó viendo como si fueran bichos raros, pero eso no les importó, estaban cumpliendo el sueño de ver a su hijo desfilar y eso era lo único que les importaba.
“Uno como tico es más pelotero y se emociona mucho, al ver y escuchar a los muchachos me dio la llorona, fue una experiencia inolvidable. Cuando vi a mi hijo solo quería abrazarlo, él no sabía que estábamos ahí, era una sorpresa.
“En Estados Unidos todo es muy estricto y hay protocolos para todo, me daba miedo ir a saludar a mi hijo y que me fueran a sacar a la fuerza, pero aún así me fijé y como no vi policías cerca ni nada de eso, me fui corriendo para abrazar a Joseph, no me aguanté”, contó la orgullosa mamá.
Don Randall le hizo segunda y también se metió en medio de la banda para darle un abrazo a su muchacho.
“¿Qué está haciendo aquí?”
Cuando el muchacho, quien toca los timbales, viajó a Estados Unidos, se fue con la idea de que nadie de su familia viajaría a California, porque la situación económica está complicada, por eso cuando vio a su mamá en pleno desfile lo primero que le dijo fue: “¿qué está haciendo aquí?”.
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Pero esa no fue la única sorpresa bonita que recibió el joven, ya que los abuelos paternos de Joseph y una tía hicieron un enorme esfuerzo y también compraron boletos para viajar, pero no le dijeron nada al muchacho, para sorprenderlo.
“Yo le dije a mi esposo que cómo era posible que nosotros, siendo los papás de Joseph, no fuéramos a verlo, hasta la visa teníamos al día y todo, es cierto que es un gasto muy grande, pero hasta propuse vender un carro para poder participar en el sueño de mi hijo”, relató Katherine.
Eso le tocó el corazón a Randall, quien también sentía unas enormes ganas de ir a ver a su muchacho, por eso el 30 de diciembre se puso a ver cómo hacía para comprar boletos para él y su esposa.
“Usé parte de la plata del aguinaldo que me quedaba y una plata que tenía para un arreglo que le tengo que hacer a la casa, ahora será hacerlo más adelante”, dijo el orgulloso papá.
La pareja consiguió vuelo para el 31 de diciembre en la madrugada con escala en Orlando, Florida, y aunque tenían pensado llegar a California a las 9:30 p. m., el vuelo se atrasó más de dos horas y llegaron casi a la medianoche, así que vivieron el cambio de año mientras hacían los trámites para alquilar un carro.
“Los trabajadores del rent a car hicieron un brindis entre ellos y nosotros nos dimos un beso y un abrazo para celebrar, fue una experiencia diferente, pero llena de ilusión por el motivo del viaje”, reveló Randall.
Por el atraso no pudieron ni buscar un hotel, apenas les dieron el carro se fueron de una vez para el desfile, que era el 1 de enero.
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Gran esfuerzo
Los papás de Joseph contaron que él es muy talentoso con los timbales, ellos viven en San Carlos y tienen una comparsa que se llama Son Barquero, ahí comparte toda la familia, porque todos participan, además, el timbalero también forma parte de una orquesta de Florencia.
“Joseph fue uno de los últimos convocados para ingresar a la banda e ir al Desfile de las Rosas, ingresó a finales de agosto y en un mes tuvimos que hacer hasta rifas para reunir el dinero de los boletos de él, pero por dicha todo salió bien y al final hasta nosotros pudimos ir”, contó feliz Katherine.
Al finalizar el desfile toda la familia se reunió con el músico en el hotel, fueron a comer y disfrutaron un montón.
Los orgullosos papás regresaron a Costa Rica este jueves en la madrugada y Joseph lo hizo a eso de las 10 a. m. Katherine y Randall llegaron a la casa antes para alistarle comida, porque estaban seguros de que llegaría antojado de un buen gallo pinto.
Todos están muy emocionados porque ahora la banda irá a Hawái a dar una exhibición y también fue invitada a audicionar de nuevo para ver si vuelve al Desfile de las Rosas en el 2028.