Cristóbal Colón fue un genovés que empezó sus andanzas en el mar cuando tenía apenas 12 años y todos sabemos que en la madrugada del 12 de octubre de 1492, al mando de tres naves, llegó al continente que ahora llamamos América.
Durante siglos se le honró como el hombre que amplió los horizontes del mundo. En muchos países se levantaron monumentos para recordarlo, incluida Costa Rica, que lo honró además con el nombre de su moneda, del paseo Colón, de Ciudad Colón e incluso de un barrio limonense.
Pero en años recientes se puso de moda “basurearlo”, llamarlo asesino aunque jamás matara a nadie y buscar cómo, en lugar de estudiarlo y comprenderlo, tratar de borrarlo de la historia.
Siguiendo esa moda, en nuestro país se eliminó el 12 de octubre como día feriado, lo cual no quita que este martes que viene lleguemos a los 529 años del encuentro de dos culturas muy diferentes.
No juzgar, entender
El profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica e historiador Tomás Federico Arias nos da su parecer sobre esa moda antiespañola que a veces parece agarrar fuerza y que mete en el mismo saco a Miguel de Cervantes y a los conquistadores.
“Me parece muy mala decisión, anticultural y antihistórica lo que se ha estado haciendo de quitar estatuas y atacar homenajes y monumentos.
“A los personajes históricos hay que entenderlos en el momento en el que actuaron. No podemos clasificar a una persona con nuestros criterios actuales. Hace quinientos años, él (Colón) actuó de la manera en que el pensamiento y la realidad que le acontecía le dictaron según las circunstancias”, dice.
Agrega que es inapropiado y erróneo juzgar a cualquier personaje de la antigüedad con ojos de actualidad.
“Acordémonos que al atacar a un monumento o a un objeto cultural, no se está atacando al personaje, sino al patrimonio nacional de un país”, detalla.
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En monedas y billetes
La figura de Cristóbal Colón --guste o no-- se mantiene muy presente en Costa Rica y el aspecto quizás más cotidiano es el de la moneda.
Manuel Chacón, curador de numismática de los Museos del Banco Central de Costa Rica, nos recuerda que llamar a la moneda del país “colón” fue un homenaje evidente al navegante genovés.
Contó que las primeras monedas que hubo en el país eran llamadas reales (las de plata) y escudos (las de oro), luego se hizo el primer cambio de nombre y las de plata pasaron a llamarse peso, algo que luego se extendió a ambas.
“En 1892 se celebraron los 400 años del descubrimiento de América y se destacó mucho la figura de Cristóbal Colón, tenía una imagen muy positiva. Cuando en 1896 se hizo un cambio en el sistema económico del país se aprovechó para ponerle ese nombre (a la moneda)”, añadió Chacón.
El Salvador fue el primer país de América en ponerle colón a su moneda, lo hizo en 1892. En Costa Rica se hizo durante el gobierno de Rafael Iglesias.
El curador nos explicó que al principio nuestros colones no solo llevaban el apellido del almirante, sino también su imagen.
Los primeros billetes y monedas tenían un busto de Cristobal Colón y hubo un billete de 50 colones en el que se representaba el momento en el cual el navegante llegó a la isla Cariari (hoy Uvita) en 1502.
La imagen de Cristóbal Colón se mantuvo en las monedas hasta 1928 y en los billetes hasta finales de la década de 1940.
La consultamos a Chacón si cree que, como parte de la moda “anticolón”, alguien podría pedir que se le debe cambiar el nombre a nuestra moneda y dijo que lo ve poco probable.
“Actualmente la gente casi no lo relaciona (a Colón con el colón). Para que se cambie el nombre de la moneda tendría que ocurrir algo muy fuerte y ser autorizado por la junta directiva del Banco Central. Ni siquiera el gobierno podría ordenar el cambio”, manifestó.
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Escuela lo honra
Eduardo Arce Zúñiga, director de la escuela Cristóbal Colón, en Santo Domingo de Heredia, donde estudian 310 niños, nos explicó que ese centro educativo fue creado en 1889 y que al inicio se llamó escuela de San Miguel Norte (el lugar tiene hoy el nombre de Los Ángeles).
Añadió que, hasta donde sabe, el segundo director de la escuela fue quien decidió bautizarla Cristóbal Colón en un intento de obtener colaboración de la embajada española, pero el plan se fue a pique.
Además del nombre, otro de los elementos que vincula a la escuela con el descubridor es el escudo, en el cual hay tres carabelas que simbolizan a la Pinta, la Niña y la Santa María, con las que Colón y sus hombres hicieron el primer viaje.
Don Eduardo Arce trabajó como docente en la escuela en 1989 y hace tres años regresó como director. Dice que en ese tiempo cambió mucho el concepto que alguna gente tenía de Cristóbal Colón y ya algunos le han preguntado por qué no le cambia el nombre, pero él prefiere no meterse en ese campo polémico.
“Antes se destacaba más el aporte de la cultura española y la figura de Colón, pero ahora les hablamos a los estudiantes de lo que nos han compartido las culturas china, negra, inglesa, francesa, en fin, todas las que han enriquecido a nuestro país”, dice.
Un Colón actual
Quisimos saber cómo le va con su apellido a un Colón de hoy. Lo buscamos y lo “descubrimos”. Es un funcionario judicial que, por esa razón, nos pidió no publicar su nombre.
Nos contó que “desde siempre”, su apellido le ha generado situaciones interesantes.
“Mi mamá me contó que mi papá me quería poner Cristóbal para que fuera exactamente igual al nombre del conquistador, pero ella se opuso porque no quería que se burlaran de mí en la escuela, de todas formas siempre me han molestado.
“Me han pasado cosas curiosas, por ejemplo, un día fui a una entrevista en una radio y dije mi nombre, pero el entrevistador nunca se acordó solo me decía don Cristóbal.
“Claro, lo relacionaba con el apellido. Algo muy similar me pasó en una de las reuniones de la escuela de uno de mis hijos, me presenté con la maestra y de un momento a otro ella dejó de decirme mi nombre y empezó a llamarme Cristóbal. Me ha pasado que me vacilan diciendo ‘¿cuándo devuelve el oro?’ y cosas así, pero eso no genera en mí nada, son cosas del pasado completamente ajenas a mi familia, así que yo vivo tranquilo”, aseguró.
En Mora
Tony Aguilar, un promotor cultural y mascarero de Ciudad Colón, nos recordó que el nombre original del territorio era Pacaca y dice que cuando él estaba en la escuela y el colegio no recuerda que le dieran mucha importancia a las razones que motivaron a ponerle a la cabecera del cantón de Mora el apellido del navegante.
“La gente tiene un mal concepto de la vivencia indígena y cree que esto era un paraíso y que andaban felices y contentos por las tierras y no fue así. Nos han vendido la idea de que los españoles llegaron a saquearlo todo y en realidad es un proceso natural de la evolución de la civilización”, explicó Aguilar
En investigaciones que hizo para un libro que está escribiendo, Aguilar descubrió que en la zona, antes de la llegada de los españoles, eran comunes las masacres, los sacrificios y luchas internas entre las tribus, una realidad idéntica a la que se vivía en otros territorios del continente hoy llamado América.
Obelisco para el almirante
Y como dijimos, en la capital del país se habla de Colón todo el tiempo porque así se llama el paseo que hace las veces de entrada principal al casco central y en el que hubo incluso un obelisco dedicado al navegante.
Valeria Ramírez, bibliotecóloga e historiadora de la Municipalidad de San José, publicó en un artículo que la obra fue inaugurada el 12 de octubre de 1932, medía 10 metros de alto y tenía cuatro placas en su base.
En 1950 decidieron quitarlo, pero no por ninguna moda antiespañola como la actual, sino porque empezaban a popularizarse los carros y “estorbaba”. Fue la misma época en la que decidieron eliminar el tranvía.
El historiador Tomás Federico Arias nos detalló que el obelisco estaba en la intersección donde hoy se encuentra la Torre Mercedes.
“Lo quitaron porque se estaban dando muchos accidentes de tránsito, la gente se estrellaba contra él y las autoridades municipales decidieron demolerlo para evitar que se siguieran dando”, agregó.
Las cuatro placas que tenía estuvieron durante años embodegadas en la Municipalidad de San José, luego se pusieron al inicio del paseo Colón, cerca del monumento al expresidente León Cortés.