Francisco Loaiza es un panadero turrialbeño que sabe bien lo que es trabajar con las uñas.
Él abrió una panadería hace cuatro años y con mucho esfuerzo ha logrado ir saliendo adelante.
Hace poco le salió una oportunidad de oro, le ofrecieron alquilar una nueva panadería que ya estaba completamente equipada, solo era cuestión de comprar materia prima para hacer pancito y ponerlo a vender; embargo, no tenía la liquidez para pagar el primer mes de alquiler y comprar la harina que necesitaba para poner a andar el nuevo negocio.
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“Traté de pedir un préstamo pequeño en varios bancos del Estado, pero no me lo daban, me decían que como trabajador independiente no tenían garantía de cuál era mi ocupación realmente y no podían darme la plata. Al final fui a una financiera privada y me trataron superbién, me pidieron la patente de mi local para demostrar que tenía una panadería y el mismo día que pedí el crédito me lo dieron, fue de ¢693 mil”, relató el pulseador.
Ahora Francisco tiene dos locales, Panadería y Repostería El Gordito 1 y 2, una en El Mora y otra en El Carmen de Turrialba.
El pequeño comerciante asegura que los microcréditos son fundamentales para meterle el hombro a las personas que están poniendo un negocio porque, de lo contrario, en su desesperación por conseguir el dinero que necesitan podrían hasta caer en un préstamo gota a gota.
“Si no me hubieran dado ese pequeño crédito, no hubiera podido aprovechar esa oportunidad. Es importante que se tome en cuenta que muchas personas independientes necesitamos solventar muchas necesidades propias de los negocios y si alguien no logra conseguir créditos formales podría acceder a uno informal como esos gota a gota, que yo en realidad los llamo quiebra negocios, porque la gente se embarca y luego solo vive y trabaja para pagar ese préstamo”, manifestó.
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Proyecto de ley
La diputada Daniela Rojas, del partido Unidad Social Cristiana (PUSC), está impulsando un proyecto de Ley que pretende hacer más accesibles estos préstamos pequeños, para así meterle un empujón a los pulseadores.
La idea es que, por ejemplo, quien se dedique a la mensajería y necesite comprar una moto pueda pedir un crédito para hacerlo. También quienes tengan una soda y necesiten comprar una freidora o una cocina, puedan hacer frente a su necesidad y continuar con su negocio.
“Un 75% de la población en zonas rurales se encuentra financieramente excluida. Con los microcréditos le brindamos a esta parte de la población una alternativa segura, para que empiecen o fortalezcan su emprendimiento, por ejemplo”, señaló la diputada.
“Esta es también una alternativa para el 40% de mujeres jefas de hogar, de las que dependen personas, para las 356 mil mujeres del sector informal y para el 17% de la población desempleada”, añadió la legisladora.