Una joven costarricense dejó de lado su deseo de ser policía para ser la protagonista de una hermosa historia de amor.
En octubre del año pasado, Sharon Juliana Espinoza estaba a punto de cerrar una aplicación de citas, cuando recibió un mensaje inesperado, el cual le cambiaría la vida para siempre.
Ese mensaje era de un joven surcoreano, llamado Jeong Uh, ambos se enamoraron perdidamente y en un abrir y cerrar de ojos decidieron unir sus vidas para siempre.
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Esta pareja se casó el 31 de julio anterior y días después, la tica estaba alistando maletas para iniciar una nueva vida junto a su esposo, quien trabaja para la empresa Hyundai.
Y parte de esta vida es la llegada de un nuevo miembro a la familia: Sharon está en sus primeros meses de embarazo. Ella y su esposo no se cambian por nadie.
“La comida coreana es muy sana, me encanta porque no necesita aceite ni manteca y a mi cuerpo le ha caído bien. Extraño el gallo pinto, el plátano maduro que aquí no se consigue”.
— Sharon Espinoza, tica en Corea.
El “hola” que le cambió la vida
Espinoza, quien era vecina de Heredia, trabajaba como oficial de seguridad en el Ministerio de Salud y como animadora de eventos coreanos.
Se crió en Costa de Pájaros, en Puntarenas y en los últimos años vivió en la Ciudad de las Flores.
“Soy una mujer casera, no me gustaba salir y en febrero del año pasado descargué una aplicación llamada Miss F para hacer amigos. A diario recibía mensajes, pero me daba pereza verlos porque me hablaban personas en diferentes idiomas y eso me estresaba, sentía que no era buena para eso.
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“El día en que iba a borrar la aplicación vi una solicitud de amistad. Había cuatro fotos y me llamó la atencion, no sabía quién era, no sabía nada de su vida y lo primero que hizo fue poner su nombre y decirme que era de Corea del Sur”, recordó.
Sharon comentó que iba a borrar la app porque iba de paseo a Guatemala y quería hacer una limpia para tomar fotos porque la memoria de su teléfono estaba llena.
“Pensé que si no me escribía en una hora no estaría insistiendo y me puso Hello (hola en inglés). Yo le dije que era de Costa Rica, él me escribió que era de Ulsan, una ciudad de ese país y así comenzó todo.
“Las personas lo llamarán locura, pero hubo demasiada química, nunca me había pasado y me hice novia de él a los cinco días de conocernos. Nos hacíamos videollamadas todos los días, pese a que la diferencia horaria es mucha entre ambos países”, afirmó.
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Sharon y Jeong Uh hablaban a las 2 a.m. hora tica y en una de esas conversaciones, el asiático se dio cuenta de que su enamorada iba para Guatemala e hizo maletas y la fue a buscar al país chapín, le dijo que quería conocerla y ella estaba emocionada por verlo.
“Él llegó a Guatemala y allá pasamos unas breves vacaciones. La despedida fue de lo peor y no pasó ni un mes cuando se vino para Costa Rica porque me decía que no podía vivir sin mí y ahí me di cuenta de que es mi alma gemela, nos costaba el horario, pero siempre hablábamos.
“Cuando estaba en Corea me pidió matrimonio y por supuesto acepté porque me enamoré de él”, destacó.
Un sueño
La costarricense aseguró que Jeong Uh le mintió a sus papás y le dijo que conoció a su amada en un viaje a Japón, pues si le decía que era una relación a distancia no lo iban a entender y hasta se podían oponer.
“Luego de que me pidió matrimonio, él fue a Costa Rica. Hubo un momento de tensión, porque en ese momento me llamaron de la Policía para informarme que había pasado todas las pruebas y era mi sueño, me esforcé para pasar las pruebas y llorando pensaba en cuál sería la mejor decisión para mi vida.
“Él me dijo que si me quedaba a su lado no me faltaría nada y yo he pasado toda la vida trabajando y cuando me dijo esas palabras temblaba, porque nadie me había valorado como él lo hace”, dijo.
Sharon rechazó su puesto de policía, renunció a sus trabajos y visitó a sus papás en Costa de Pájaros para pasar unos días con ellos antes de comenzar una nueva vida.
“Mi esposo llegó el 27 de julio y nos casamos 4 días después, por la vía civil. El 3 de agosto nos fuimos para Corea del Sur y desde entonces estamos viviendo un sueño. Ambos nos comunicamos por medio del idioma inglés, yo estoy aprendiendo coreano y al inicio lo hacíamos por medio de traductor”; afirmó.
-¿Cómo es la vida en Corea del Sur?
“Al inicio era duro, porque extraño a mi familia, a mis amigas, al inicio lloraba mucho, pero me he sentido la mujer más afortunada del mundo, porque mi esposo y sus papás me recibieron de la mejor forma y me siento increíble.
“Mis suegros me llevan a pasear, mi esposo me ama y me ha cumplido todo lo que me decía por mensajes, no me arrepiento de nada”, destacó.
Sharon está encantada en Corea del Sur, ya conocía parte del estilo de vida de este país. Al inicio estaba asustada, porque tiene tatuajes y eso en el país asiático no es bien visto, pero la familia de su esposo no la critica.
Y colorín colorado, esta linda historia de amor no ha terminado, más adelante esperamos presentarles al bebito que viene de camino.