La ministra de Relaciones Exteriores interina, Lorena Aguilar, dejó claro que Costa Rica está chivísima porque la embajadora de Venezuela en Costa Rica, María Faría, se metió a la brava a la embajada de ese país en Tiquicia sin decirle nada a nadie.
Aguilar así lo dijo luego de que este miércoles en la mañana Faría llegara a la embajada y venezolanos simpatizantes de Nicolás Maduro y otros de Juan Guaidó se enfrentaran por la decisión.
Faría, nombrada por Juan Guaidó, fue reconocida por el presidente Carlos Alvarado con todas las de la ley, pero irrespetó el plazo que el gobierno tico les dio, que era de 60 días para que los funcionarios venezolanos reconocidos por Maduro se vayan del país.
Cuando Farias llegó a la embajada, lo hizo en compañía de 12 personas más y entre todos sacaron a la fuerza a Norma Borges, encargada de negocios, la única funcionaria que estaba en la embajada.
"El procedimiento es inaceptable pues lesiona elementales normas diplomáticas de respeto y confianza de las relaciones en la comunidad internacional, y sobre todo, del derecho internacional", dijo con voz firme la canciller interina.
Costa Rica, aseguró Aguilar, le enviará una carta diplomática a Faría para dejarle bien claro que nuestro país está como los puriticos diablos del colerón por esa toma de la embajada.
El presi Alvarado reconoció a Faría desde el pasado 13 de febrero, en un acto oficial que realizó en Casa Presidencial. Dos días después nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores informó oficialmente que los representantes diplomáticos que fueron nombrados por el gobierno de Nicolás Maduro, tenían 60 días naturales, a partir de ese 15 de febrero, para dejar tiquicia.
Los funcionarios que tenían salir de Costa Rica son el ministro consejero Nabil Mora, la segunda secretaria Angélica Ramírez, y la agregada diplomática Nelly de la Mata Ovalles.
El embajador nombrado aquí por Maduro, Jesús Javier Arias Fuenmayor, quien tenía ese puesto desde el 2014, ya había jalado del país desde octubre del año pasado.