Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) confirman que Costa Rica es el segundo país en Latinoamérica donde más bullying escolar se sufre.
Estos datos no son para nada positivos y se vienen consolidando, amargamente, desde el 2018. ¿Por qué hablar de este doloroso segundo puesto latinoamericano? Porque el primer jueves de noviembre de cada año el mundo entero levanta la voz para que se haga conciencia internacional contra la violencia, el acoso y ciberacoso escolar, fenómenos sociales que no tienen género, ni edad, ni clase social, pero tienen un gran impacto en las diferentes etapas de la vida de quien lo sufre.
Póngale mucha atención a los síntomas que podrían mostrar que un estudiante es víctima de violencia, bullying o acoso.
“Generalmente sufren ansiedad y esta se muestra en fobia escolar (no quieren ir a la escuela) o social (no quieren salir a ningún lado), crisis de angustia, trastornos del apetito y sueño, sensación de indefensión, baja autoestima, retraimiento social y cuadros depresivos (pudiendo llegar a la ideación suicida o a cometerlo).
“También, pueden darse muestras físicas como caída del pelo y el rendimiento escolar puede decaer, explicó Álvaro Solano, director de la carrera de Sicología de la Universidad Fidélitas.
LEA MÁS: Evite que chismosos vean sus fotos y videos íntimos en el celu, aunque se lo estén reparando
En el momento que usted se dé cuenta que un menor de edad es víctima de acoso, bullying o violencia debe informar inmediatamente esa situación al director o encargado del centro educativo.
Cada institución educativa, sea pública o privada, debe contar con un procedimiento o protocolo interno para la atención inmediata de estas situaciones, en el cual se debe detallar la ruta a seguir para fomentar acciones para la prevención y erradicación cualquier manifestación de violencia.