Antonella Arce Murillo, a sus cuatro añitos, estaba toda preocupada porque debía entregarle la carta a Santa con buen tiempito para que él desde el Polo Norte pudiera entregarle puntual los regalos que le pidió para esta Navidad.
Ella es vecinita del barrio Jesús de Atenas y desde octubre pasado comenzó a decirle a su mamá, doña Karen Arce, que tenían que sentarse a hacer la cartita porque si no se iba a quedar sin regalos.
Nos cuenta la mamá que fue a mediados de noviembre pasado que ya pudieron sentarse y Antonella, quien ya sabe poner su nombre y el de sus papitos, hizo casi toda la carta solita. Estaba bastante urgida de enviar su pedido porque quiere: un carrito para sus Barbies, ropita, zapatos, un juego de Pepa la chanchita y, por favor, una computadora para niños de juguete pero que sirva porque tiene una que heredó de un tío, pero ya venía malita y no le suena nada.
“Me encanta que ella cree fielmente en Santa. Es muy lindo -como papá- ver la ilusión que los hijos tienen, esa inocencia se disfruta mucho. Ella me decía: ‘mami hay que ir pronto a dejar la carta vea que el Polo Norte queda muy largo y después no le da tiempo a Santa’.
“El pasado 20 de noviembre la agarré y le dije que ya íbamos para el lugar donde se le dejan las cartas a Santa, o sea, Correos de Costa Rica, la oficina que está en el puro centro de Atenas. Estoy tan agradecida, la gente de correos entendió de inmediato lo que sucedía y se apuntaron con lo de la cartita a Santa, se la recibieron a ella y le confirmaron que su cartita se iría ese mismo día para el Polo Norte… usted no sabe la ilusión de mi hija cuando le aseguraron eso. No tiene precio”, recordó la mamá.
Fue don José Adrián Bolaños de Correos quien recibió a Antonella. “Es una experiencia muy bonita ver la alegría y la inocencia de los niños. A pesar del cambio de generaciones se mantiene la tradición. Los niños, al salir de aquí, realmente sienten que la carta va para el Polo Norte, que Santa la va a leer y se van muy contentos.
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“Los niños, al dejar sus cartas, preguntan mucho sobre el funcionamiento del correo, cómo llegan. Nosotros recibimos la carta, la sellamos y la echamos en el saco para Santa. Algunos cuentan lo que pidieron y otros no, solo traen la cartita cerrada. Es un momento muy lindo”, comentó don José Adrián.
Siempre llegan
El pasado miércoles 14 de diciembre fuimos al edificio de Correos de Costa Rica en San José, ahí nos atendió Diana Ramos de la oficina filatélica; ella tiene 9 años en ese puesto y quien recibe las cartitas al Niñito Jesús o Santa, porque hay niños que llegan con cartas que van para Belén, donde nació Jesús y otras al Polo Norte, donde Santa tiene su fábrica de juguetes.
Diana nos enseñó dos cartitas que tenía en ese momento. Una la hizo Nicolás. No vamos a decir más datos porque ni a Santa ni al Niñito Jesús les gusta. La otra cartita la hizo Isaac.
“La primera cartita llegó en noviembre y la última llegó el 13 de diciembre. Esta última la trajo un chiquito de cinco años, quien me dijo que iba para Materno y estaba todo ilusionado con la cartita. El chiquito me preguntó que cuándo le llegaría la carta y le dije que al otro día ya la iba a ser entregada para que le compraran sus regalos.
“Todos los años nos llegan varias cartas de niños a Santa o el Niñito Jesús. Por la pandemia en 2020 y 2021 bajó un poco, pero todos los años se reciben de diferentes partes del país. Más que todo ellos vienen con sus abuelitos.
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En Puriscal también llegó otra cartita, Yancy Jiménez, administradora de la sucursal puriscaleña nos contó que llegó la mamá con el chiquito de 3 añitos, pidiendo si le podía dedicar unos minutos de su tiempo porque su hijo quiere tener la experiencia de saber lo que es mandarle una carta a Santa.
“Yo hablé con el chiquito, saqué un saco y le puse una estampilla porque queríamos mostrarle cómo es que se manda una carta. El chiquito echó la cartita al saco y se fue todo contento.
“Fue una experiencia muy bonita, lo que más me conmovió fue el chiquito porque lo poco que hablaba se le veía la emoción, decía que Santa le iba a traer todos esos juguetes. La mamá quedó muy agradecida por el gesto.
“Lo más impresionante es que la mamá sacara el tiempo y viniera a dejarla aquí, que nos pidiera autorización para que le explicáramos el proceso de cómo se manda una carta. Fue muy curioso ver al chiquito tan entusiasmado”, recordó doña Yancy.
¡Papás! Todavía están a tiempo, vaya a cualquier sucursal de Correos de Costa Rica en el país a dejar la cartita. La estampita que le pegan a esa cartita no vale ni cien colones, así que tranquilo.