Los hisopos especiales para identificar si una persona tiene coronavirus, no se encuentran a la vuelta de la esquina en el mercado mundial. De hecho, Costa Rica tiene un faltante de unos 50 mil, por eso la Universidad de Costa Rica (UCR) está corriendo para fabricarlos con la tecnología de impresión en 3D.
Estos hisopos no los hace cualquiera, porque son delgados, largos y con una punta específica, que se meten muy profundo en la nariz en donde esa punta debe raspar y recoger una pequeña muestra, la cual se lleva al laboratorio para descartar o confirmar un positivo de Covid-19.
La bronca es que el mundo entero anda detrás de estos aparaticos, entonces no hay o son super caros. Una de las soluciones es pagar los caprichos del mercado en estos momentos, pero es mucho dinero, la otra, hacerlos en Tiquicia.
Por eso, se corre con una propuesta que impulsan en conjunto las facultades de Ingeniería y Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR), en alianza con laboratorios privados y con el acompañamiento de la Caja Costarricense de Seguro Social (Caja).
“El proceso, que por el momento todavía está en desarrollo y en continuo perfeccionamiento, incluye los siguientes pasos: un equipo de expertos de la Facultad de Ingeniería diseña varias opciones de hisopos que luego son enviadas a dos laboratorios dentales privados, XYZ Soluciones y Cleo Dental, que se han unido de manera solidaria a esta idea, para que por medio de impresoras 3D especiales elaboren los hisopos.
“una vez hechos, son enviados al Laboratorio de Virología y a la Sección de Servicio de Laboratorio de la Facultad de Microbiología para que sus especialistas realicen las primeras pruebas y se elijan los diseños que más se adecúan a las exigencias médicas”, explica la UCR.
Una vez que se logran los diseños finalistas, se enviarán a la Caja para que se les hagan las pruebas correspondientes (ensayos preclínicos y clínicos) y las autoridades de salud puedan decidir cuál es el que quedó más puras tejas.
“Al llegar a esa última etapa, el país cuenta con la ayuda de varios laboratorios privados que ya le informaron a la UCR que están dispuestos a colaborar para hacer por puños la producción de estos instrumentos. Esta asociación entre el sector público y el privado es producto del trabajo de la Agencia de Promoción de Inversiones en Costa Rica (Cinde)”, reconoció la universidad.
Al día de hoy el proceso se encuentra en el análisis de laboratorio que realiza la Facultad de Microbiología, por lo que todavía resta al menos un mes más para que inicie la producción masiva de los hisopos.
“Nosotros evaluamos que los hisopos sean lo suficientemente ásperos para raspar dentro de la nariz pero que no la lastime. Además, probamos la capacidad que tienen para poder empacarse y esterilizarse antes de ser utilizados, por lo que medimos su resistencia al calor.
"Asimismo, estos dispositivos se quiebran una vez que se obtiene la muestra, para poder introducir su cabeza dentro de un tubo que contiene una solución con sales y proteínas para que se mantenga en buen estado hasta llegar al laboratorio.
"Por eso, lo que entonces evaluamos su flexibilidad y el límite de fractura que deben cumplir”, explicó el doctor Norman Rojas Campos, decano de la Facultad de Microbiología y quien tiene una especialidad en bacteriología médica del Instituto Karolinska, en Suecia.