Tiquicia volvió a ser noticia en el mundo y en esta oportunidad gracias al sacerdote Víctor Jiménez, de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Hatillo 3.
Este padre dio de qué hablar en el país y fuera de él, por la linda iniciativa de poner en las bancas de la iglesia, las fotografías de los feligreses que usualmente iban a misa y que ahora no pueden porque el coronavirus tiene los templos cerrados.
Ese hermoso detalle, realizado el domingo 29 de marzo, atrajo las miradas de agencias de noticias de Francia e Inglaterra, que llegaron a tomar fotos de la ocurrencia de Jiménez y que reproducen sus notas por gran parte del planeta.
El sacerdote, a quien le dicen el padre Toto de cariño, se puso a coquear, junto con el grupo de comunicación de la parroquia, ideas para estos tiempos de coronavirus e iglesias cerradas, por lo que se le ocurrió pedirles a los feligreses que mandaran sus fotos familiares para pegarlas en las bancas.
En La Teja les trajimos una nota de este tema el pasado 2 de abril, además, la parroquia lo publicó en sus redes sociales y se hizo un positivo escándalo de la idea, por lo que la AFP (agencia de noticias de Francia) y Reuters (agencia de noticias de Inglaterra) se fueron para Hatillo 3 y conversaron tamaño rato con el padre Toto.
Bulla en los corazones
Después de este bullón mundial volvimos a buscar al ahora famoso mundialmente padre Toto, una vez que pasó la Semana Santa.
“La Iglesia tiene un mensaje que dar y que hacer llegar a su pueblo de todas las formas posibles. Esta forma fotográfica fue una de ellas y gracias a Dios gustó mucho”, explica el sacerdote Jiménez.
“En estos tiempos de aislamiento el corazón nos dicta que tenemos que estar con el otro, con el vecino, con el que necesita. Nuestra iniciativa hizo bulla en los corazones de la comunidad, el país y el mundo, porque los corazones tienen necesidad del hermano, del familiar, del prójimo, de la comunidad”, agregó el padre Toto.
Pero, ¿qué le dejó ese bullón mundial al padre?
Como Iglesia, en todo el mundo, hemos descubierto un púlpito digital muy útil y necesario, sabíamos que estaba ahí, pero no lo habíamos explotado como se debía.
“Estoy convencido que a partir de esta época mundial de coronavirus, ninguna iglesia del mundo tendrá excusas para no buscar espacios en las redes sociales y aprovecharlos para llevar el mensaje de Dios. Demostramos, con el papa Francisco a la cabeza, que somos iglesia desde cualquier plataforma”, respondió.
Gran reto
Le alegra el escándalo universal que hizo la iglesia de una barriada del sur como Hatillo 3.
"Eso evidencia que toda crisis trae una enseñanza y parte de esta es que sí, sí podíamos hacer lo que se pensó que era imposible: ser Iglesia, ser amor, ser hermanos, ser uno para todos, desde la poderosa fe de una foto o una red social”.
Ahora bien, muy linda la idea, muy lindas las fotos y demasiado agradecido con la presencia de agencias de noticias mundiales y de periódicos ticos como La Teja, pero eso más bien le lanzó un reto al padre Toto.
“Ahora se viene el gran reto de que toda esta demostración de fe y de amor del uno con el otro, no se quede en las redes sociales.
"Hemos demostrado que todos y que cada uno es Iglesia, pero al finalizar la cuarentena y cuando todo vuelva a la normalidad, debemos lograr, los sacerdotes, hacer todo a la inversa, que la foto provoque el regreso de la persona física”, aclaró.
Pero, ¿logró el padre realmente sentir a la gente mediante las fotografías?
“Usted sabe que sí. Yo sabía que mi comunidad estaba ahí, la sentía en cada misa, en cada evento que transmitimos por redes sociales, en cada toque de campanas que, incluso, motivaba que algunas personas, fuese la hora que fuese, se vinieran a las afueras de los portones a hincarse, eso me dejó claro que estaban y que respondían con su fe al llamado. Los sentí y mucho”, respondió.
Para Jiménez la respuesta de la gente demuestra que la fe se interpone a cualquier pandemia o mal que atraviese el mundo.
“En estos tiempos en los que enfermedad, muerte y virus están presentes, Hatillo 3 y todas las iglesias del país, lograron sacar lo positivo de lo negativo.
"No estuvieron las iglesias cerradas, al contrario, cada hogar fue una iglesia, se multiplicaron gracias a Dios”, concluyó el sacerdote, quien asegura que las fotos se van a quedar hasta que las autoridades de Salud vuelvan a considerar que es prudente abrir las iglesias.