La cabezonada de muchos ticos no tiene límites.
Frente a esa tremenda irresponsabilidad, el ministro de Salud, Daniel Salas, reaccionó este miércoles como toda persona responsable a la que corre sangre por las venas, no agua.
En la conferencia de prensa hecha en Casa Presidencial, el ministro mostró enojo y frustración por ese “porta’ mi” que tantos siguen aplicando. Se resisten a entender que el coronavirus es muy, muy serio.
De hecho, este mismo miércoles se informó del primer muerto en el país por ese mal. Se trata de un doctor pensionado de 87 años que vivía en Alajuela.
Estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Rafael de Alajuela y falleció a las 4:15 de la tarde, confirmó el ministerio de Salud.
En la conferencia de prensa el ministro habló con honestidad.
“Lo cierto del caso es que esto (los contagiados) van a ir aumentando en las siguientes semanas de forma importante... Hemos llamado a que las personas se queden en la casa, para que no tengan, en la medida de lo posible, contacto en reuniones, lugares públicos.
“Lamentablemente estamos viendo una tendencia de muchas personas que, a pesar de que hemos hecho ese llamado, quieren aprovechar, también porque se acerca Semana Santa, y están tomando esto como vacaciones en el sentido de no quedarse en casa sino de salir y andar por todo lado.
La advertencia que lanzó fue contundente.
“Esto lo que puede hacer es disparar el avance, que tengamos muchos más casos de los que esperamos tener con las medidas de contención. Yo los llamo, con todo respeto, con toda responsabilidad".
“No estamos hablando de cosas menores, son vidas, son familias que se van a afectar, aquí no se vale decir ‘a mí no me va afectar’, a cualquiera lo puede afectar”, dijo muy serio.
“La responsabilidad que hemos asumido desde Gobierno en la coordinación para afrontar esta amenaza del coronavirus no es exclusiva de nosotros”.
Y luego lo vimos mucho más molesto: “Cuando veo estas actividades irresponsables (la de los ticos saliendo a todo lado) como si el asunto no estuviera pasando, como si el escenario que viene no es algo que va a ser crítico, me deja pensando en esa capacidad de análisis, de tomar las cosas en serio que podemos tener un sector de la población (…) ¡Por favor, reaccionen! ¡Reaccionen! ¡Son vidas!”.
Pero, ¿por qué los ticos somos tan jupones? ¿Por qué no hacemos caso? ¿Por qué pensamos solo en nosotros? Para responder estas preguntas consultamos al sociólogo Guillermo Acuña, profesor de la Universidad Nacional.
Sin solidaridad
Hablamos con el sociólogo Guillermo Acuña, de la UNA, para tratar de entender por qué algunos ticos son tan irresponsables.
“La conducta individualista está muy fuerte en el inconsciente colectivo, quedó en evidencia al ver a la gente tirándosele encima a la comida en los supermercados, pensando solo en ellos, no les importó no dejar nada, acaparando".
“Ya van un par de décadas de un crecimiento en la ausencia de solidaridad. Hay casos específicos en que se da esa solidaridad, pero en lo general no. La crisis del país por años, el desempleo, las deudas, la pobreza, provocan que la gente se acostumbre a pelear solo su partido a no importarle el partido que están jugando otros y a para nada jugar en equipo”, explicó el sociólogo.
Mecanismo de defensa
La sicóloga María Ester Flores dice que esa cultura tica de no tomar casi nada en serio es parte de un mecanismo de defensa ante el miedo de una realidad cruda y cruel, algo muy normal en Sicología.
“La mayoría de los ticos no tienen ninguna disciplina a la obediencia porque crecimos en un país por el cual no tuvimos que luchar por nada, es una sociedad que vive de la prueba y el error. Somos poco serios e irreverentes, no somos solidarios y somos individualistas. La sociedad actual es como un adolescente, hasta que no se llevan el golpe, no aprenden.
“Sicológicamente creo que se actúa con irrespeto, repito, por miedo y también porque las figuras políticas han ido perdiendo respeto ante hechos de corrupción y a la gente mentalmente no le cabe el respetar a los políticos. Hablamos del caso del cuento del pastorcillo y el lobo, ahora que el asunto sí es serio, la gente sicológicamente no cree en los políticos”, consideró doña María Ester.