Doña Tania Ruiz Mejía trabaja limpiando casas, es bien breteadora porque por semana deja como un ajito tres chocitas. Le pone bonito por sus tres hijos y su mamita que es adulta mayor; sin embargo, el coronavirus la dejó sin trabajo desde hace un mes y ya se le acabaron los cincos para comprar comida.
Por eso, doña Tania visita las Obras del Espíritu Santo en Cristo Rey, las del sacerdote Sergio Valverde, en donde le regalan verduras, cereales, arroz, frijoles, macarrones, para que lleve a su casa y como llega con sus tres hijos, hasta se van comiditos los cuatro para la casa porque aprovechan que el comedor está abierto.
“Es una gran bendición lo que se hace en las Obras del Espíritu Santo. Yo no soy quitada para el trabajo, siempre le pongo y bonito, pero ahorita no hay, nadie me da. Imagínese que tenía tres patrones y los tres me despidieron.
“Una de mis patronas es maestra y como ahora esta todo el día en la casa me dijo que no me necesita. A otra de las patronas le recortaron a la mitad el salario y no puede pagarme y a la otra la despidieron, o sea, el coronavirus me jodió”, explica esta mamá de tres hijos de 8, 11 y 13 años.
Un gran problema al que se han enfrentado las empleadas domésticas como doña Tania es que a muchas no las quieren cerca de la casa donde trabajaban para evitar contagios, entonces, se quedó sin trabajos y sin posibilidad de que alguien le dé, ya que nadie se la juega recibiendo personas en sus casas.
“Está fatal la calle, no hay trabajo en nada, óigame bien, en nada. Yo he buscado trabajo en lo que sea y nada. Es por eso que hablo de la bendición de las Obras del Espíritu Santo, de no ser por ellos ni yo, ni mis hijos, tendríamos que comer y ni le digo mamá, quien tiene 73 años y vive conmigo. Gracias a la comidita que nos dan en las Obras es que no pasamos hambre”, explicó doña Tania.
Guerra al hambre
Melina Solano Guzmán, de comunicación de Obras del Espíritu Santo, nos confirmó que están en una guerra sin cuartel contra las pancitas vacías, por eso el comedor está abierto de 7 de la mañana a 7 de la noche.
A las 7 de la mañana dan desayuno, al mediodía toca el almuerzo, a las 4 de la tarde el cafecito con alguito más y a las 6 de la tarde arranca la comidita. Las puertas están abiertas para mujeres, niños y adultos mayores.
“No se cierra, mucho menos en estos tiempos que la necesidad es mucha y ha crecido. Nosotros diariamente recibimos unas mil personas en el comedor, por esta situación del coronavirus ha subido a unas 1.300 o 1.400 personas.
“Han aumentado las bocas que alimentar, pero nos han bajado las donaciones como en un 60%, por eso le pedimos a todo el que pueda que nos colaboren, pueden llamarnos al 8367-7000 y con gusto le atendemos para coordinar esa ayuda que, créanlo, la estamos ocupando”, explica Melina.
Sigue abierta la guardería porque hay muchos papás que necesitan dejar sus hijos para poder trabajar. Melina aclara que cuidan demasiado la higiene, los protocolos y las distancias. No se dan clases, pero el Centro Educativo La Alegría sigue recibiendo los niños de guardería y kínder, también el centro de cuido.
En el último mes se han mantenido las ayudas a los adultos mayores de las zonas cercanas a Cristo Rey, incluso se les ha ido a dejar a la puerta de la casa un diario de comida. Ya van como 700 personas que han recibido su diario, además de 100 mujeres jefas de hogar y discapacitados.
Las Obras del Espíritu Santo han mantenido los envíos de comida a Cartago, Alajuela, Puntarenas y Alajuelita. También siguen visitando a los habitantes de la calle de las zonas rojas de San José y Puntarenas.
“Necesitamos de todo. En estos momentos se ocupa todo lo que nos sirva para apalear el hambre de nuestra gente, hay muchas personas que perdieron su trabajo y no tienen dinero, hay que ayudarlos a ellos y sus hijos”, explicó el padre.