Rocío Garro Ureña es la fundadora del “Coro de Abuelitos”, una agrupación de adultos mayores que disfrutan de dedicar parte de su tiempo a cantar villancicos o música latinoamericana.
El proyecto nació hace 27 años, cuando doña Rocío trabajaba como profesora de música del Colegio San Joseph School, porque había hecho su Trabajo Comunal Universitario (TCU), de la Universidad de Costa Rica (UCR), con el coro de la tercera edad y se enamoró del proyecto, entonces se propuso hacerlo más adelante y lo cumplió.
“Se me ocurrió mandarle una invitación a los abuelitos de mis alumnos, de ahí el nombre”, explicó la fundadora.
Incluso, a quienes le reclaman que abuelito es un término despectivo, les cuestiona el porqué, pues para ella esa palabra denota ternura, experiencia y sabiduría.
La temporada de ensayos de este coro inicia el primer viernes de febrero, fecha más de compartir, de integración, de juegos y de oración.
Esa primera mitad del año la dedican a la música latinoamericana, con presentaciones en hogares de ancianos, centros diurnos, parroquias y cárceles. Ocasionalmente los invitan a alguna empresa, por el contacto de alguno de los hijos de los integrantes.
“Tenemos muy presente a Dios, cada ensayo o cada presentación siempre lo iniciamos con una oración. También acostumbramos que cuando hay alguno enfermo, que todos nos unamos en oración”, compartió la directora.
Villancicos
La segunda mitad del año ya empiezan a trabajar con los villancicos y las presentaciones las hacen a partir del 1º de diciembre.
En total son 25 integrantes, en su mayoría provenientes de Tibás y Moravia, y algunos de San Sebastián, Paso Ancho y Alajuelita.
Este año ingresaron cuatro integrantes y Rogaur les explica desde el principio que son muy rezadores y les consultan si hay algún problema. Incluso una de las integrantes no es católica y también se une a la oración.
Si usted quiere conocerlos en vivo, puede asistir a la misa en la basílica de Los Ángeles este domingo 18 de diciembre y escucharlos a partir de la 1 de la tarde. La presentación dura una hora.
Ese espectáculo los tiene muy motivados porque van a tener la oportunidad de ir a cantarle a La Negrita.
“Nosotros nos pagamos el transporte en microbús, hacemos rifas para financiarnos. El proyecto ha ido creciendo y se ha ido sumando gente un poco más joven”, comentó doña Rocío.
Los ensayos son en un salón que les presta la iglesia de Moravia, los viernes de 2 p.m. a 4 p.m. y se quedan tertuliando con café media hora más.
“Cuando ya se acerca la época fuerte como esta, la iglesia nos presta también el espacio los jueves en el mismo horario”, agregó.