Una joven rezaba un rosario en su casa, en San Ramón de Alajuela, mientras sostenía a su bebé en brazos cuando de pronto fue arrastrada por algo. La abuelita, que estaba con ellos, corrió desesperada y le arrebató el nieto a la muchacha quien fue arrastrada por varios segundos más.
Cuando el ser que la jaló decidió soltarla, la abuelita había agarrado a sus otros dos hijos (hermanos de la joven) y salió corriendo de la casa, donde dejó la ropa, los accesorios... todo.
Debido a semejante parada de peluca, la familia decidió llamar a Hades Costa Rica, un grupo de jóvenes empeñado en demostrar que los fantasmas son puro cuento y que los hechos paranormales no pasan de ser una fantasía.
Pero lo que encontraron en esa casa les hizo pensar diferente y gracias a otras investigaciones que realizaron y a la fama que adquirieron, los invitaron, hace quince días, a formar parte de The Atlantic Paranormal Society (TAPS), una prestigiosa empresa dedicada a la investigación de este tipo de fenómenos y productora de programas como “Ghost Hunters” (Cazadores de fantasmas) y “Ghost Nation” (Nación fantasma).
Esta invitación se las trae, ya que cuando haya un caso bravo para investigar en América Latina, TAPS tendrá en cuenta a Hades Costa Rica como el grupo que puede resolver el misterio.
Óscar Araya, director de Hades, asegura que ellos se rigen por el método científico, al punto que ninguna medium o vidente forma parte del equipo, aunque sí han invitado a algunos para corroborar algunas tesis. Hades nació en 2010 y llevan cerca de 500 investigaciones, aunque solamente en seis han logrado determinar que sí existen los fenómenos paranormales.
Volviendo con el caso que marcó al grupo, Óscar recordó que la familia de San Ramón ya había abandonado la casa cuando los contactaron, por lo que decidieron hacer una visita para tantear. Aclararon que no era la primera investigación que hacían, pero sí de las primeras.
“No hemos tenido un caso que supere a este. Nos dieron las llaves de la casa y la familia no se acercó. Estaban traumados. Los compañeros dicen que era grande, de dos pisos y que cuando subían les pareció ver que alguien bajaba y se quedaron esperando, pero no había nadie”, dijo Óscar.
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Entonces, el grupo se dividió en dos para inspeccionar mejor la casa.
“Los de arriba relatan que les golpearon fuerte la pared y los de abajo observaron cuando un tarro de plástico se elevó y cayó delante de ellos”.
Esa primera visita la hicieron sin equipos, ya que tenía cierta incredulidad, pero debido al contacto inicial decidieron continuar con la investigación.
Evidencia
La segunda vez fueron bien armados y llevaron de invitada a la periodista de La Teja Silvia Coto, quien se llevó un sustote.
“Estábamos arriba en una sicofonía (registro de sonidos) cuando Silvia pegó un grito, ella dijo, ¡no me toque! Una grabadora de mano que estaba cerca de ella se elevó, dio vueltas y pegó contra la pared. Ella nos dijo que le jalaron la ropa tres veces”, contó Óscar.
Nuestra compañera recuerda aquel momento, con escalofríos.
“Se me hizo una noche eterna. De un momento a otro la temperatura cambió, hubo una sensación de frío horrible. Estando todos encerrados se escucharon los pasos de un chiquito y vi una huellitas gracias a la harina que colocaron en un carrito. En el segundo piso, donde reportaban las cosas, algo me jaló, pero no había nadie cerca mío y grité”, recordó Coto.
La casa fue visitada por el equipo durante seis meses y siempre ocurrieron cosas. La más fuerte fue cuando algo empezó a materializarse dentro de una habitación y todos salieron corriendo.
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“Ese día nos golpeaban las paredes, se materializó un llavín del piso que sabíamos que no estaba allí porque habíamos ido muchas veces a la casa y nos pasó cerca a todos, subió hasta el techo y cayó”.
Óscar también recordó que salían piedras de una pared a otra, sin razón alguna y que las baterías de los equipos se gastaron rapidísimo.
“Algunos salimos y escuchamos un golpe muy fuerte y los que aún quedaban adentro dicen que vieron cuando se empezó a formar como una nebulosa en el cuarto y corrieron”.
En las conclusiones dijeron que los fenómenos paranormales sí existen y que había una entidad en esa casa.
“La evidencia quedó en el carro de un amigo, pero se lo tacharon y se perdió, aunque quedó la que grabó un canal de televisión que nos acompañó”, comentó.
Flores
Otro caso que recuerdan es uno en San José de la Montaña en una fábrica donde les tiraban cosas y una romana se movió de un lugar a otro. El ambiente que se sentía era denso al punto que una mujer que recién se incorporaba al grupo lloró y pidió que la sacaran de ese lugar.
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“Esa investigación no terminó porque salió en un canal de televisión y los dueños se dieron cuenta, por lo que no nos dieron más permiso. A nosotros nos había llevado un guarda que decía que estamos autorizados. Desde esa vez, solo hablamos con dueños de casas, gerentes de fábricas o dueños y les pedimos que lo digan frente a las cámaras”.