Hay una oración que muchos católicos hacen todos los días a las tres de la tarde porque tiene un gran significado, es la Coronilla de la Divina Misericordia.
El sacerdote German Rodríguez, de la Catedral Metropolitana, explica que esta oración es un don especial de Dios para estos tiempos.
“Fue Jesús mismo quien se la dictó a sor Faustina en Vilna, entre los días 13 y 14 de septiembre de 1935. El viernes 13 de septiembre, sor Faustina se encontraba en su celda cuando tuvo la visión de un ángel que venía a la Tierra para castigar al mundo por sus pecados.
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“Cuando ella vio este signo de la ira divina, empezó a pedirle al ángel que se abstuviera por algún tiempo de llevar a cabo sus propósitos, asegurándole que el mundo haría penitencia. Sin embargo, cuando ella se halló ante la majestad de la Santísima Trinidad, no se atrevió a repetir esta súplica. No fue hasta que sintió el poder de la gracia de Jesús en su alma, que comenzó a rezar con las palabras de una oración que iba oyendo interiormente. Así lo dejó escrito en su diario: Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados (Diario 475)”, relató el cura.
Al día siguiente, al llegar a la capilla, Jesús nuevamente le enseñó a recitar esta oración, que hoy llamamos la Coronilla a la Divina Misericordia.
“Esta oración es para aplacar mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, del modo siguiente: primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero (Diario 476)”, recordó el religioso.
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La Coronilla se puede rezar a cualquier hora del día, no está escrito en el Diario de Santa Faustina que haya que rezarla exclusivamente a las 3 p.m. Lo que dice el diario respecto a esa hora es que es la hora de la misericordia, de la agonía de Jesús, es un tiempo muy especial en la devoción a la Divina Misericordia.
Promesas
Jesús asoció grandes promesas a esta oración, siempre y cuando se viva la devoción correctamente, es decir, en un espíritu de confianza hacia Dios y de misericordia hacia el prójimo.
“Esta confianza debería expresarse por la perseverancia en la oración; cuanta más confianza haya en la oración, tanta más perseverancia habrá en el rezo de la Coronilla. Jesús dijo a sor Faustina que a través de la Coronilla se podrá recibir todo lo que se pida, pero nunca afirmó que la respuesta sería inmediata, justo después de haberla rezado una sola vez, a excepción de la gracia de una buena muerte”.
En su diario, sor Faustina describe situaciones en las que sus peticiones fueron oídas después de haber rezado la Coronilla una sola vez; por ejemplo, después de una gran tormenta (Diario 1731), u otra vez, cuando rezaba la Coronilla sin cesar para suplicar la lluvia (Diario 1128).