¿Cómo llegó una esfera de piedra hasta la prestigiosa universidad de Harvard, una de las más importantes del mundo?
Eso es lo que le vamos a explicar en esta nota, anteriormente, les contamos que esta belleza está dando clases de historia en Harvard desde 1966.
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La arqueóloga y antropóloga, Ifigenia Quintanilla, quien ama y es experta en las esferas de piedra costarricenses nos explicó cómo llegó a Boston esta hermosa gordita.
“Sobre esto hay información en documentos que se guardan en el Peabody Museum y en el Museo Nacional de Costa Rica.
“Son documentos que corresponden a cartas y notas manuscritas de quienes participaron en el proceso, tanto del traslado como a la recepción y instalación de la esfera en su lugar actual.
“Esta esfera y otra más fueron trasladadas en 1964 para ser exhibidas en la Feria Mundial de Nueva York de 1964-65. Ambas fueron colocadas en el pabellón de la “Inter-American Highway” (Ruta Inter-Americana)”, respondió la científica.
-¿Quién les dio permiso de salir a las esferas?
“Hay que entender que para esos años Doris Stone, hija de Samuel Zemurray, presidente y propietario por muchos años de la transnacional bananera United Fruit Company, era la ama y señora de la arqueología de Costa Rica junto con un grupo de destacados coleccionistas nacionales.
“Desde los años cuarenta, ella ocupaba un papel sobresaliente en la arqueología del país. Con la transformación del Cuartel Bellavista en Museo Nacional de Costa Rica en 1949, pasó a ocupar la presidencia de su junta administrativa.
“Desde esta posición, y gracias a al poder económico y político que su procedencia familiar le otorgaba, se convirtió en una especie de ‘regente’ del patrimonio arqueológico nacional desde esos años hasta buena parte de la década de los setenta del siglo pasado.
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“Fue decisión suya el envío de las dos esferas, las cuales salieron desde Finca 5 (un importante sitio arqueológico con esferas documentado en los años cuarenta en el Delta del Diquís por ella misma) hacia Golfito y desde ahí en barco hasta Nueva York”.
Hermanas separadas
-¿Por qué no volvieron a Tiquicia las hermanas de piedra después de la Feria Mundial de Nueva York?
“Cuando terminó la Feria Mundial los organizadores solicitaron que se las llevaran y la señora Stone tramitó su donación a dos importantes instituciones norteaméricanas. Una se fue para la sede de National Geographic Society en Washington y la otra al Peabody Museum de Harvard University.
“Después de algunas peripecias y con una inicial falta de interés, el Peabody Museum aceptó el regalo que hizo la señora Stone. Desde 1966 la esfera está colocada en ese lugar donde ustedes la visitaron en Harvard”, aclaró doña Ifigenia.
-¿Podía, así como así, la señora Stone tomar la decisión de donar esas esferas tan ticas?
“Las esferas que salieron de Costa Rica el siglo pasado lo hicieron en medio de una realidad en el cual la arqueología no existía como profesión en el país, cuando había una legislación muy floja y cuando los coleccionistas eran los que mandaban.
“No había en ese momento conciencia sobre la necesidad de investigar, proteger, conservar y poner en valor, en términos sociales, el patrimonio arqueológico. Ahora, pasada la primera década el siglo XXI sí existe esta conciencia”, reconoce la actual directora del Museo Nacional.
-¿Qué le parece que una parte tan importante de la historia tica esté fuera del país?
“En el Peabody Museum, se guardan ’familiares’ de esta esfera en forma de material escultórico, fragmentos cerámicos, fotografías, dibujos y diarios de campo. Todos fue dejado en este museo por el arqueólogo Samuel K. Lothrop, testigo privilegiado de los sitios con esferas del Delta del Diquís a finales de los años cuarenta.
“El Museo en Harvard que ustedes visitaron, por lo tanto, no sólo resguarda una esfera, sino también una parte importante del patrimonio documental y una significativa colección de objetos asociados a ellas.
“Es de lo poco que se conserva después del período de devastación, de los años cuarenta hasta los setenta del siglo pasado, cuando se destruyeron muchos sitios arqueológicos con esferas y cuando la mayoría de ellas fueron removidas sin ningún tipo de control. Por lo tanto, es un material de gran valor científico que ha sido apropiadamente cuidado y catalogado.
“A pesar de todo, ha sido una suerte que esto se haya conservado ahí”, nos aclara la antropóloga.