La Iglesia católica celebra este domingo la fiesta de la Divina Misericordia, en la que se recuerda que Dios es un padre entregado a sus hijos y que su amor y perdón son infinitos.
El papa san Juan Pablo II fijó el segundo domingo de Pascua como el día oficial para celebrar al Señor de la Divina Misericordia.
Lo hizo el 30 de abril del 2000, en la canonización de santa Faustina.
Douglas Cubillo trabaja en radio Fides y desde hace 16 años es el conductor del programa La Hora de la Misericordia, que se escucha todos los días a las 3 de la tarde, excepto los jueves.
Él es muy devoto a Jesús de la Divina Misericordia y se sabe bien la historia de esta celebración.
“Esta fiesta el Señor se la pidió a santa Faustina, ella fue la santa a la que Dios le reveló todo el tesoro de la Divina Misericordia y las formas de culto, como por ejemplo la imagen, la hora de la Divina Misericordia, que es a las tres de la tarde, también la novena, que empieza nueve días antes de la fiesta. Ella en un diario escribió todo eso y ahí está detallado que el Señor le pidió que el segundo domingo de la Pascua debía celebrarse esta fiesta”, explicó.
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Quienes son devotos acostumbran rezar la coronilla, que es como un rosario. Se puede hacer a cualquier hora del día, pero la mayoría acostumbra hacerlo a las 3 de la tarde, la hora en la que Jesús murió en la cruz.
Douglas dijo que la coronilla también está en el diario de santa Faustina, ya que Jesucristo mismo le dijo las palabras que debía llevar y la forma en la que debe hacerse.
Así se reza |
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Al rezar la coronilla se usa un rosario y en las cuentas grandes (las del Padre Nuestro) se dice: “Padre eterno, te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”. Y en cada una de las 10 cuentas pequeñas (las del Ave María) se dice: “Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. |
Piden favores
Aunque cualquier fiel puede orar al Señor de la Divina Misericordia, es muy común que acudan a él las personas que tienen alguna preocupación y situación difícil, ya que buscan el consuelo y el amor de Jesús.
“Esto es un llamado para todos, para vivir y aprovechar esos tesoros abundantes de la misericordia de Dios. He conocido casos de todo tipo, desde hombres que tienen problemas en sus negocios, sus trabajos, que tal vez están pasando un problema en su matrimonio, y han escuchado de la misericordia de Dios, eso los ha llevado a recuperar su matrimonio, su vida. Lo mismo mamás orando por la conversión de sus hijos, también para que los sane, en fin, es para todos los que están sedientos del amor de Dios
“La hora de la misericordia tiene una promesa hermosísima, Jesús le dice a Santa Faustina que a las tres de la tarde, donde quiera que esté, se sumerja en su misericordia adorando y glorificando su dolorosa pasión. Le hace la promesa de que todo lo que pida a esa hora, por supuesto, si está de acuerdo a su voluntad, lo recibirá y esa promesa es también para nosotros”, explicó.