Desde hace 15 años, Ricardo Herrera vio en San Francisco de Asís un modelo a seguir para imitarlo en su vida y, por eso, decidió unirse a la Orden Franciscana Seglar, en la que junto a su esposa Lourdes, sus hijos y otras decenas de personas tratan de imitar las enseñanzas de este santo para aplicarlas en su día a día.
El jueves anterior, la Orden Franciscana Seglar de Costa Rica celebró el legado de San Francisco (la iglesia lo festeja el viernes) y Herrera conversó con La Teja para contarnos cómo fue que se unió a este grupo, que tiene a unos 120 fieles en Costa Rica y 450 mil en todo el mundo y con el que tratan de llevar una vida sencilla y de mucho servicio, al igual que lo hizo este santo.
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“Cuando era niño me llamaba la atención el Francisco que le hablaba a los pajaritos, el Francisco pobre, el que vivía en el campo; uno crece y cuando me casé, hace 34 años, supe que mi esposa fue religiosa franciscana e ingresó a esta orden hace 26 años.
“Entonces yo decidí incorporarme hace 15 años y, gracias a esto, llevé mi devoción un paso más allá, porque esto no es solamente rezar una novena, sino que quiero hacer lo mismo que Francisco y desde entonces adopté un estilo de vida sencillo, vivir con lo mínimo y servirles a los demás”, contó.
Seguir ejemplo
Los miembros de la Orden Franciscana Seglar son casados, tienen hijos, a diferencia de los frailes y las religiosas, que consagran su vida a la oración y viven en conventos.
Herrera explicó que San Francisco fundó tres órdenes hace 800 años: en 1209 creó la de los frailes y en 1212 la de las hermanas clarisas. Y fue en el 1221 cuando personas unidas en matrimonio se le acercaron a San Francisco y le dijeron que querían seguirlo, pero al ser personas casadas se creó la orden a la cual pertenece este servidor y su familia.
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“Vengo de una familia católica, pero que no era prácticante. Me casé a los 25 años y sabía que había algo más allá que la devoción, y esta es una experiencia que da una respuesta en un mundo donde hay una fuerte división de clases, en donde los pobres son relegados y los ricos más ricos, y con Francisco hice el click de que eso no debe pasar”, manifestó.
En este momento, Ricardo es el ministro a nivel nacional de la Orden Franciscana Seglar, en la que hay 10 fraternidades, la mayoría se ubican en el GAM, hay una en Cañas y otra en Pérez Zeledón.
A diferencia de los frailes y las monjitas, ellos no usan hábitos, pues trabajan y se dedican a sus familias, pero cuando participan en actividades propias de las fraternidades usan el cordón franciscano, una especie de cruz llamada TAU (es la última letra del alfabeto ebreo y significa penitencia) y también usan un escapulario.
Satisfactorio
Para don Ricardo, el pertenecer a esta orden le ha dado un gran sentido a su existencia.
“En un mundo en donde el egoísmo, la corrupción a nivel institucional y personal; en donde la violencia es como lo que nos levanta todos los días, el vivir en paz, justo y tratar de considerar como hermano y hermana a cualquier criatura, es muy satisfactorio.
“Somos llamados a ser signos de que sí se puede vivir así, no es una fantasía vivir como los santos, aunque algunos comienzan a ver los pecados y las debilidades, pero los santos fueron humanos y fallaron.
“Todos somos pecadores, pero siempre tratamos de vivir predicando el ejemplo de San Francisco y su amor por los demás”, destacó.