Krasner es un gatazo de dos años y medio, de esos que llaman egipcios y que aprendió a ir al baño a orinar solito, se parece a su dueña, viaja en carro como si fuera un perro y se gana el cariño y afecto de quien esté cerca de él.
El gato, de dos años y medio, pertenece a Tania Umaña y fue traído de Rusia junto con otro macho, que tuvo una camada de donde nació Mysh, su sobrino, que apenas tiene seis meses de edad. Aunque son tío y sobrino, es como si fueran hermanos.
Según la dueña, esos gatos tienen un comportamiento más parecido a un perro, que a un gato, porque se dejan acariciar, son sociables y cariñosos y siempre quieren estar con sus amos.
Si quiere uno, tendrá que buscar como lo hizo Umaña, que rastreó y rastreó hasta que consiguió una camada de cachorros que una señora vendía. El problema es que estaban en Rusia. Lo mandó a traer y no se arrepiente, porque es tan apegado a ella que hasta duermen juntos y con el sobrino (de seis meses) también
Eso sí, son gatos caros que se cotizan mínimo en ¢1.000.000 y puede haber algunos que llegan a valer más de dos meloncitos. Imagínese.
Umaña se enamoró de los gatos esfinge (sphynx) hace unos seis años, cuando los vio en una película y dijo: "ayyy, que chivas esos gatos”. Sacó imágenes de Internet y pegó uno blanco y otro negro en su cuarto, con la idea de hacerse algún día de uno. “Como las imágenes estaban en el cuarto quedé con el pensamiento hasta que un día dije: 'quiero uno' y me puse a buscar”.
Así se dio cuenta que en Costa Rica nadie vende y buscó en Internet hasta que dio con la señora rusa.
“Cuando los estaba viendo en las fotos escogí a Krasner, porque se parece a mí, era el único blanquito”, dijo Umaña.
Mysh llegó hace como dos meses, cuando el dueño del otro gato que llegó con Krasner hace seis años le hizo un precio especial, para que se llevara al sobrino.
Al baño.
Krasner va al baño a orinar. Umaña lo descubrió una vez que entró al sanitario y allí lo pescó. Lo hace a menudo. “Eso sí, solo para orinar. Para lo otro tiene su caja (de arena), como cualquier otro gato”; dijo.
En cuanto a cuidos, la bañada y otros aspectos es similar a cualquier gato. Come alimento normal, caza cucarachas o lagartijas, pero Umaña no sabe si lo hará con ratones, pues nunca ha visto uno.
Le da una buena bañada una vez al mes y de vez en cuando le da un paseíto.
Causa furor y más últimamente, que los acompaña Mysh. La gente los detiene, les dicen: "nunca he visto uno así" y se sacan fotos. En la misma redacción de La Teja ocurrió eso.
“Una vez lo llevé al mall y no caminé ni cien metros. Mejor no lo saco y también de ver tanta gente, el pobre ya no sabía ni dónde meterse”.
Otra particularidad que tiene Krasner es que se cuadra como todo un perro cuando viaje en carro, con la cabeza afuera y viendo otros autos.
Se dejan tocar por cualquiera, tiene sus correas y les encanta subirse al hombro de las personas, como un perico.