Alejandra Arroyo es medio tica y medio india, vive en el Carmen de Guadalupe, y sin haber llevado un solo curso en pastelería, es una artista con las galletas, tanto así que ya ganó por segundo año consecutivo un importante concurso de diseño con galletas en Estados Unidos.
La competencia se llama “La Ciudad de las Galletas” y se graba por estos días para presentarse en diciembre en gringolandia. Lo de Alejandra son las galletas, pero también hay competencia en chocolates y pasteles.
La etapa final del evento es bajo el formato “reallity show” o sea, todo lo que hacen los concursantes es completamente grabado, sin cortes. Para llegar a la final los participantes primero deben pasar una eliminatoria, que para este 2019 fue en Ohio y la gran final, como novedad, es en Londres, Inglaterra.
¿Cómo es la competencia? Después de inscribirse y que le digan en qué momento le toca participar, a todos los que disputan en galletas los llevan a una galletería bien grande y les dan un presupuesto y un tiempo límite para comprar todo lo que consideran van a ocupar, después, los llevan a un set de televisión bien grande y los graban mientras le dan duro a la preparación.
Obras de arte
“Los planos los dibujo yo, respeto las medidas que ellos dan. Yo lo hago en cartón y de ahí lo monto y verifico que tenga las medidas por si debo recortar. Debo tener cuidado con el grueso de la masa para las medidas. Depende del tamaño de la obra que se haga, puedo durar desde 5 a 15 días. He durado dos semanas en una gigante que estoy haciendo”, nos explicó desde Londres esta tica bien galleta.
Explica Alejandra que las construcciones con galletas son verdaderas obras de arte. Por la dinámica del concurso y porque ya hechas pueden durar hasta un mes pura vida, sobre todo por lo frío que está Estados Unidos por estos días, se ponen en exhibición en diferentes lugares como asilos de ancianos, centros comerciales, hoteles y hospitales, para que mucha gente pueda disfrutarlas y hasta votar. Nada se sube a redes sociales porque no quieren que algún galletero gane por ser popular y no porque realmente hizo la mejor obra.
En la primera fase la tica se mandó con un edificio, una réplica de la basílica de Venecia, Italia. Con ese brete pasó directa a la gran final en Londres, que fue donde la contactamos el pasado 14 de noviembre.
A puro amor
“Yo no estudié el arte culinario, pero lo tengo en raíces, en sangre, en el corazón. En mi familia todos son chefs y amantes de la cocina, expertos en arte de hacer cocina. Una prima hace chocolates, una tía hace maravillas con queques, yo soy la única que hace galletas.
“Desde niña hago galletas, es como una tradición familiar. Soy indio-costarricense, mamá es tica y papá indio, soy criada en India, un país que se caracteriza por sus comidas, por ser tradicionales, bailes, cantos, sobre todo el arte por la comida”, nos contó.
Hay diferentes premiaciones ya en la etapa final y la tica, al igual que en el 2018, arrasó.
“El año pasado hice un zapato roto y este año fue la cafetera, he ganado en dos años seguidos los tres premios: el primer lugar, el mejor del lugar y el más creativo. Aquí no dan un premio en efectivo ni nada, se gana popularidad nada más”, aclara.
A pesar de que está acostumbrada a vivir entre galletas, porque “para mí es muy común armar pasitos navideños en galletas ya que crecí haciendo eso y desde hace cinco años tomé la decisión de ponerme una empresita de galletas que se llama ‘Bocadillos ticos’, en la que solamente hago galletas decoradas artesanales y con figuritas infantiles”.
Cupido y Navidad
Ale es forense criminalística de profesión, estudió ingeniería en sistemas con énfasis en forense (fraudes informáticos con tarjetas de crédito es su especialidad).
Pero su pasión por las galletas la llevó a que poco a poco la gente le hiciera más y más encarguitos y hasta que diera cursos de decoración de galletas.
“En diciembre agarro vacaciones para dedicarme totalmente a hacer galletas, pero también en épocas pico como el 14 de febrero y el Día del Niño en setiembre, o el Día de la Madre y Día del Padre, sin embargo, los meses pico son diciembre y febrero por el Día del Amor”, cuenta.
Le encanta participar en “La Ciudad de las Galletas” por eso está casi segura que en el 2020 se apuntará para ver si logra el tricampeonato. “Hacer obras de arte con galletas me relaja y me encanta, lo disfruto mucho”, concluyó.