Stephanie Hidalgo Ramírez es una mujer a la que poco le importa lo que piensan los demás de ella, solo se dedica a ser feliz y hacer lo que le gusta.
Ella es vecina de Montes de Oca y tiene 35 años. La mayor parte de su vida trabajó en la empresa de turismo de su familia, pero debido a la pandemia tuvo que probar suerte en otros ámbitos y ahora trabaja en un centro de llamadas, pero de vez en cuando, los fines de semana se dedica a manejar buses, pues es algo que la apasiona.
Ella le contó a La Teja que el sentarse en el asiento del chofer de un bus es una de las cosas que más le gustan en la vida y que, aunque ha recibido malos comentarios al respecto, el apoyo de su familia, sobre todo el de su papá, le basta y le sobra.
— ¿Cómo inició su gusto por los buses?
Vengo de una familia donde mi abuelito era camionero y autobusero, mi papá también era autobusero y crecí en este ambiente. Mi papá es socio de la empresa de buses de la ruta San José - San Carlos y mi familia tiene ya 40 años de tener la empresa Transportes Turísticos Hidalgo.
Al crecer en este ambiente siempre me pareció natural que si un hombre puede manejar bus o un camión, una mujer también puede hacerlo porque tenemos las mismas capacidades. Desde que saqué lo licencia de carro, a los 18 años, siempre tuve el deseo de sacar la licencia de bus.
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— ¿Cuál es la persona que más la ha apoyado en ese tema?
Mi papá, Luis Hidalgo, fue quien principalmente me dio la oportunidad, para él nunca existió una diferencia entre el hombre y la mujer en este aspecto de manejar buses y siempre me ha apoyado en todos los ámbitos de mi vida. Él fue quien por primera vez me dio un bus para manejarlo y ya cuando aprendí me propuse sacar la licencia. La tengo desde hace siete años.
— ¿Cómo hace para acomodarse con el trabajo y también manejar bus?
Yo estudié Turismo y siempre trabajé en eso con la empresa de mi familia, por la pandemia busqué el trabajo que tengo ahora en el call center, que es de lunes a viernes. Me gusta manejar bus y como tengo libres los sábados y domingos, aprovecho esos días para de vez en cuando ir a manejar.
— ¿Siente que en Costa Rica hay machismo hacia las mujeres que manejan buses?
A veces sí, yo hice una pasantía de seis meses en Estados Unidos y allá es muy común ver a las mujeres manejar bus, de hecho la que nos transportaba al trabajo era una mujer, llevaba sus tacones, siempre andaba bonita. Siempre pienso que por qué si allá es tan común ver a la mujeres con ese oficio, aquí cuesta tanto normalizarlo.
Cuando empecé a manejar en San Carlos tuve una experiencia con una pareja de esposos, unos adultos mayores. Recuerdo que el señor me preguntó si yo era la que manejaba el bus y cuando le dije que sí me dijo que él no iba a viajar y se bajó, la esposa se volvió y le dijo que salado él porque ella si se iba a ir en el bus conmigo, pero al fin y al cabo hablaron entre ellos y se montaron los dos para viajar.
— ¿Las pasajeras la apoyan?
Sí, siento que cuando llevo pasajeras ellas me apoyan mucho, me animan, me dicen cosas positivas, me impulsan a seguir adelante y reconocen que la ruta a San Carlos es muy dura por las curvas.
— ¿Qué es lo que más le gusta de manejar de bus?
Lo que más me gusta de manejar en la empresa de turismo de mi familia es que conozco muchos lugares, menejo, pero a vez paseo.
En cuanto al transporte público lo que más me gusta es relacionarme con las personas, uno va conociendo gente que frecuenta la ruta y se convierten como en una familia, hasta me regalan cosas cuando me ven. Las personas son conscientes de que el manejar bus es muy cansado y que a veces, dependiendo de la ruta, casi ni hay tiempo de comer a sus horas y por eso el apoyo de los pasajeros es muy importante.
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— ¿Cuántas carreras hace en un día?
Lo común es hacer un día tres medias, así se les llama, es decir, hacer el recorrido de San José - San Carlos, San Carlos - San José y de nuevo San José - San Carlos, eso depende de la demanda porque a veces hasta se hacen cuatro recorridos y en un día muy malo se hacen solo dos.
Los sábados y domingos, en promedio, por recorrido se dura unas tres horas, pero entre semana por las presillas que se hacen por Alajuela se puede durar hasta cuatro horas.
— ¿Alguna vez ha tenido un problema mecánico con un bus?
Gracias a Dios nunca he tenido problemas; sin embargo, mi papá es mecánico de vehículos de carga pesada y he aprendido bastante. Él siempre dice que los choferes deben conocer los buses y saber escucharlos porque ellos avisan cuando algo está mal.
A todos se nos exige andar siempre la caja de herramientas porque si pasa algo deberíamos tener la capacidad de al menos resolver en el momento y decirle al mecánico qué es lo que tiene el bus. Por ese lado siento mucha confianza porque sé que tengo la capacidad de que si en algún momento me pasa algo, puedo al menos tener la noción de ver qué es lo que pasa, gracias a lo que mi papá me ha enseñado.